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miércoles, 8 de noviembre de 2017

El mismo vaso con diferente mirada


Fuente: matagigantes.net
A esta altura es más que evidente el esfuerzo manifiesto y descarado de la oposición en denostar cada anuncio del Gobierno, sin pensar -ni por un segundo- en el país. Porque ya no se trata de considerar el esfuerzo de gestión del Ejecutivo, se les pide un poco de sentimiento republicano, pensar en el Uruguay como Nación y en los jóvenes que serán quienes disfruten de los beneficios que procura un Gobierno cuando se habla de inversiones que superan ampliamente su mandato. No se trata solo de UPM, se trata del petróleo, la salud, la seguridad, etc.). Tanta mezquindad es inexplicable para quienes dedican extensos editoriales y discursos reclamando mejorar la calidad de vida de los uruguayos pero se niegan a reconocer inversiones o hallazgos de recursos que nos cambiarán la vida a todos. Niegan reconocer esta década y media de crecimiento y siguen hablando de un viento de cola que hace rato, mucho rato, cesó y se puso arrachado y de frente. Sin embargo el país sigue creciendo, el poder adquisitivo de los uruguayos sigue al alza, la inflación se mantiene en los rangos meta y el Uruguay logra reconocimiento internacional en varios rubros que lo ponen en una posición atractiva para más y mejores inversiones. Es el mismo vaso (el Uruguay), pero algunos lo vemos llenarse, y otros lo ven medio vacío y sin futuro...

No todo vale

Se podrá pensar diferente, entender que hay otras ideas posibles, pero si algo debería reconocerse es que cuando se habla de los recursos para el país todos debemos tener humildad republicana para cerrar filas y propiciar su desarrollo. Aquellos países que han hecho de esa práctica una costumbre, alternan el poder pero no cambian sus políticas de Estado, saben que el rumbo fijo y seguro permite llegar a los objetivos planteados. Pero claro, eso se logra en países de una madurez superior y donde no se mira el árbol sino al bosque, y a nosotros parecería que nos falta mucho camino por recorrer aún.

Durante el gobierno de Mujica se hizo el intento; antes de asumir convocó a todos los partidos para trazar rumbos en varios temas que hacían al futuro del país. Se lograron acuerdos multipartidarios como en la seguridad que definieron una hoja de ruta que fue cumplida y ampliada. Hoy se recogen los frutos de ese acuerdo, a pesar que a poco tiempo de su concreción lo abandonaron y tentaron destruir la gestión de Bonomi sin llegar -siquiera- a desviar el rumbo. Y vaya si lo intentaron!

Fracasaron con total éxito. Hoy, -y a pesar de los intentos esporádicos que fogonean aprovechando algún caso puntual- la seguridad da señales de cambios estructurales. La Policía Nacional empieza a mostrar sus resultados operativos. La promesa de campaña de bajar las rapiñas va encaminada y ya supera el 13% de baja respecto a los datos del año base 2015; la video vigilancia se extiende por todo el país y con ello permitirá la readecuación de la operativa policial reforzando con el PADO (que también se amplia) aquellas zonas no videovigiladas.

En otro orden, las calificadoras de riesgo mejoran la nota uruguaya. Así lo hizo saber la empresa Moody's en un comunicado emitido en San Pablo, donde informó que se proyecta un crecimiento del PIB del 3,2% y que la perspectiva del sistema bancario uruguayo pasó de negativa a estable. Pero claro, esto no se lo atribuirán nunca a la conducción económica del Frente Amplio, verdadera razón del crecimiento, tras una apuesta a otras fórmulas abandonando las viejas recetas que nos imponían organismos como el FMI. 

Visión sesgada

A los casos descritos puedo agregar la terrible campaña emprendida contra ASSE, organismo director de una reforma trascendente para la vida de más de 1.300.000 uruguayos. Ciudadanos que reciben los beneficios de atención en salud y dejaron de ser objetos de mercado para ser sujetos de derecho, con una diferencia abismal: hoy reciben atención de calidad superior.

Nadie niega las dificultades ni los desvíos -que se detectan por auditorías dispuestas por el mismo organismo- pero esa parte no hace al todo. Un todo mucho más importante y que dejó atrás los cierres de mutualistas y despidos de trabajadores junto a la pésima atención de los usuarios de entonces. A una década de los cambios, (y con mucho camino por recorrerse), es otra salud la que ostentan los uruguayos hoy. El field de la balanza fue ASSE y el cúmulo de transformaciones que lideró empujando al alza a un sistema integrado de salud que comparte con el mutualismo. 

Otro punto de mezquina reacción fue el anuncio del hallazgo de un sistema petrolero en Paysandú. Algo que se dijo con mucha cautela pero con el optimismo propio de quienes aspiran a contar con recursos naturales que nos den absoluta independencia. Sin embargo, se confabularon muchos para minimizar el hallazgo en una especie de deseo increíble por que no fuera cierto, olvidándose que de concretarse no lo disfrutará este gobierno sino los que le sucedan de aquí a varios años seguramente. Ni hablemos de la oportunidad de este hallazgo, que se relativiza bastante en tiempos de autosustentabilidad lograda con energías renovables, un logro absolutamente de los gobiernos del FA, mal que les pese a los “mediovasovacíos” de turno.

Por último, la inversión de UPM. La más grande de toda la historia del país, la que -de concretarse como todo parece ir encaminándose- dejará fuentes de trabajo permanentes, agregará cadena de valor a los productos, aumentará el PIB en un 2% y traerá aparejada la recuperación de un medio de transporte increíblemente fundido y cerrado por los gobiernos anteriores, como el tren. Es decir, que será una inversión que nos obliga a dar un paso trascendente en mejorar la infraestructura del país para poder mejorar en desarrollo sustentable.

Hoy el diario El País editorializó bajo el título “Gobernar no es anunciar”, en un intento fallido por bajar el perfil de un anuncio que copó la agenda (esa que pretenden manejar). Semejante acto de audacia gubernamental no se tolera por parte de un medio que siempre estuvo en contra de todo lo que propuso y logró el FA desde que es gobierno. Mal que les pese, los anuncios son parte de gobernar informando los hechos trascendentes del país, por lo menos lo es para un gobierno que rinde cuentas a quien le otorgó el mandato: el soberano, ese que ha confiado por tercera vez consecutiva en el FA para que dirija el país y seguramente lo haga por cuarta vez...

el hombre llenaba un vaso,
el perro rascaba un hueso... 

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