Traductor

viernes, 6 de mayo de 2016

Somos resultado de un milagro

La vida es un resultado milagroso en sí mismo, ese soplo o instante en que despierta la odisea de un ser vivo es producto de un afortunado instante que pudo ser ese -y solo ese- por ese microsegundo en que se activa. Pero así como el azar o el creador (según quien crea o no), da lugar a ese instante maravilloso, no es menos cierto que hay factores que ayudan a mejorar ese milagro al punto de hacerlo perfecto. Factores sin cuyo auxilio hubiera sido otro el resultado, incluido el fracaso. No basta con ese impulso mágico o eléctrico que da inicio a todo, a veces es necesaria la asistencia de otras personas que hagan su parte para que opere el prodigio. En el mes que recordamos a nuestras madres, viene a cuento la historia de un tal Thomás Alva Edison y de un amigo al que llamarè Juan, Pedro, Carlos o Ernesto...
                    
(Dedicado al amigo protagonista de esta historia y a todas las madres)