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viernes, 19 de febrero de 2016

En(red)ados

Ya nos hemos acostumbrados a escuchar o leer la palabra viral; ya no es un término ajeno a nuestro vocabulario y cuando nos referimos a él no pensamos en ningún virus propiamente dicho sino en la propagación por las redes sociales de algo que llamó la atención de muchos. Un video, una foto o una simple afirmación basta para que se comparta y salga de nuestro dominio; alcanza para ser multiplicado y compartido hasta el infinito por la inmensa red mundial. Una poderosa herramienta comunicacional que puede ser letal si, llegado el momento, lo que se difunde no solo no es cierto sino que lleva aparejado el infundir miedo generando una crisis colectiva. Pasó con Orson Welles y su “Guerra de dos mundos” en la ciudad de Nueva Jersey y no aprendimos nada. Muchos lo hacen inocentemente, otros con indisimulada intención, y están los que lo originan que son movidos por vaya uno a saber qué intereses. Todos, contribuyen a la difusión de información falsa y con ello arrastran un peligro en ciernes que puede tener consecuencias irreparables.