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viernes, 12 de agosto de 2016

Operación “Enchastre”

Un informe de un corresponsal de radio (periodista Carlos Peláez – Rompkbzas- 810 AM El Espectador) dejó entrever una supuesta participación de la diputada Susana Pereyra, advirtiendo a barras de Peñarol que estaban siendo escuchados por la Policía. Textualmente el informe del sitio web de la radio expresó: “Pero lo que nadie ha informado todavía es que en una de esas llamadas, Pereira advierte a algunos referentes de la barra brava peñarolense que sus teléfonos estaban “pinchados”. La sola mención de esta circunstancia hizo estallar las redes sociales y varios medios de prensa se hicieron eco de lo que un periodista afirmó haber leído en un expediente judicial que nadie levantó a pesar de haber sido desclasificado, según el mismo columnista refirió. Muchas veces oímos o leemos que no es buena cosa hacer periodismo de periodistas, sin embargo eso hicieron quienes dieron por cierto -sin más- aquel informe que hoy, a escasas horas de su emisión, se desmiente por la misma Jueza Dra. Ana Ruibal. Claro está que para un medio de prensa escrito, (El País), la noticia más destacada es que la misma jueza haya retirado la mención a la diputada Pereyra de la causa y no lo verdaderamente sustancial como es que no existe en el expediente ninguna referencia que compruebe la advertencia de Pereyra a los barras desde su celular o teléfono particular. Lo importante -para ese medio- es reseñar que toda referencia a las intervenciones telefónicas estarán en una caja fuerte, como si en lugar de preservar la intimidad de los involucrados, se ocultara una mentira que pretendíó hacerse pasar por verdad. Y otra perla del enchastre es la extemporánea medida de preservación de esas escuchas transcriptas, a las que al parecer tuvo acceso el columnista radial, aunque -claro- la premura de la lectura le jugó mal a la hora de interpretar una participación que nunca se comprobó ni consta en el expediente judicial.


Lo primero es enchastrar

Antes era una consigna periodística que hasta fue parte de promociones de sitios de información, “lo primero es informar”, hoy parece ser otra máxima la que rige a algunos que se empeñan en generar ruido mediático a cualquier precio. Aunque bastaría pensar un poco para darnos cuenta de lo inverosímil del relato, (¿quién -en su sano juicio- podría advertir a alguien que está siendo objeto de intervención telefónica mediante una llamada al teléfono que precisamente está intervenido?), igualmente se las ingenian para hacer del mismo un cuento con aristas novedosas que también resultan increíbles. Con un poco de análisis crítico hubiera alcanzado. Ni los investigadores ni los operadores judiciales- advirtieron una circunstancia que implicaba nada menos que a una diputada nacional (que -además- es la esposa del Ministro del Interior); sí lo hizo un periodista que leyó de apuro un expediente a horas de ser retirados los folios en cuestión para depositarlos en una caja fuerte. ¿Medio raro, no?

Además, la investigación es del año 2013, en medio tuvimos una campaña electoral en la que Bonomi fue el gran interpelado. ¿Se imaginan a la oposición dejar pasar este punto para hacer del mismo una causa electoral de peso que volcara un resultado electoral a su favor? Son demasiadas preguntas que hoy tienen por respuesta lo que la propia Justicia laudó con su fallo archivando el caso sin encontrar responsabilidad alguna en la legisladora a la que hicieron objeto de este operativo enchastre.

En medio de todo está el fútbol también. Precisamente en tiempos que no arranca un campeonato a la espera de las decisiones de la AUF y la paciencia agotada del Ministerio del Interior que dijo basta a promesas incumplidas exigiendo compromisos y responsabilidades. Y esto era una frutilla para esa torta amasada con desconfianzas, rumores y el comportamiento de las barrasbravas de los clubes a las que todos responsabilizan pero nadie identifica.

La Justicia decidió preservar las escuchas en una caja fuerte, práctica habitual en casos como este donde se protege la intimidad de los involucrados. Esa circunstancia mereció titular de prensa como si la Justicia apañara un posible delito por tratarse de quien era. Aunque luego en la letra chica quede claro la razón y justificación de la medida, el titular sigue siendo parte del operativo.

Lo cierto es que la Jueza hizo lugar al pedido de archivo de la causa poniendo punto final a la investigación, pero todo sirve a la hora de generar ruidos y poner en duda la credibilidad y honestidad de las personas si estas son del partido contrario. 

Ahora hay hasta un pedido de informes sobre el punto, es decir que hasta los legisladores prefieren leer un diario o escuchar una radio antes que leer un expediente judicial. Allí podría encontrar todas las respuestas, pero claro, eso no mide ni da rating.


el hombre apagó la radio,
el perro siguió durmiendo tranquilo...

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