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viernes, 5 de agosto de 2016

Los “derrotados” del FA

Pasó la elección interna de la mayor fuerza política del Uruguay de hoy, una organización de ideas que cuenta con 45 años de existencia y que derrotó al bipartidismo histórico uruguayo (con hegemonía unipartidista colorada por más de un siglo y medio). Pasó y se llevó consigo los derrotismos y las frustraciones de quienes abogaron por el ausentismo, los que impulsaron el voto esquivo, los que quisieron hacer caudal de los que no votaran. Esos fueron los grandes derrotados pues los casi cien mil votos alcanzados dejaron en claro que hay Frente Amplio para rato y que las decisiones del FA las toman los frenteamplistas en las urnas y no alentando la no participación ni la indiferencia. A esos derrotados les pedimos humildad para admitir que se equivocaron y grandeza para reconocer que nadie les siguió el apunte y la fuerza política tomó la decisión propia de elegir Presidente y Plenario, y lo hizo a contra corriente de sus intereses u opiniones. A ellos les reitero un concepto de anterior columna: son dueños de la derrota, de nada más ni nada menos.


Palabras cruzadas

La fuerza política se aprestaba a anunciar por estas horas (viernes 5 de agosto) la proclamación del novel Presidente electo, en la figura de Javier Miranda. Contra todos los contras y sus pronósticos que vaticinaban lo peor -con fuertes críticas al elegido y los sectores que le impulsaban- los frenteamplistas de verdad eligieron a su Presidente y... a otra cosa.

Asimismo, los mismos derrotistas derrotados sufren otra decepción por cuanto a pesar de sus arengas, el Frente Amplio eligió seguir profundizando su ideología de izquierda haciendo que la balanza del Plenario electo sea ampliamente mayoritaria para los sectores que pretenden torcer más el timón hacia “la sinistra”.

En efecto, el cruzamiento de votos fue evidente en un acto eleccionario donde la lista más votada fue del MPP, seguida por el Partido Comunista. Entre ambos sectores suman un peso considerable en el órgano máximo de la dirección frenteamplista.

De la elección se ha hablado hasta el cansancio e incluso salió ahora una encuesta que confirmaría el desencanto de los que no fueron a votar como una explicación de la merma en el caudal de votos de esta última elección. 

En particular tengo mis reparos con ese tipo de consultas pues quien no fue a votar y eligió no participar, nada tiene que ver con el resultado. El mismo es un hecho positivo, real y auténtico, que fue fruto de la participación y no del ausentismo. Los que no fueron no tenían opción de marcar su ausencia, en cambio los que sí fueron lo hicieron con el voto en blanco, por ejemplo.

Entonces, a los que no participaron no les voy a dar el beneficio ni el crédito de una encuesta de opinión que no supieron hacer valer en las urnas, porque esa opinión les cabe a los frenteamplistas que sí opinaron, votando.

No es esta una crítica pura y dura contra los cientos de miles que sabemos votan al FA pero no acompañaron esta elección. Una elección voluntaria, con poco entusiasmo, donde sabemos que muchos uruguayos viven la política desde otra perspectiva, sin apasionamientos militantes.

La crítica va dirigida a los formadores de opinión que se dicen de izquierda -y hasta frenteamplistas- pero negaron la participación eleccionaria pretendiéndo hacerse dueños del caudal de no votantes. 

A esos, solos los hago dueños de la derrota, porque el Frente Amplio eligió Presidente y Plenario, y su decisión estuvo bien lejos de lo que pretendían. 






el hombre contó los votos y firmó,
el perro le ladraba a las urnas...

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