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viernes, 8 de julio de 2016

El otro "Maracanazo"

Del “Tuya, Héctor” al (toda) “Tuya, Tabaré”

Lo anunció con la calma que lo caracteriza pero sin disimular la inmensa satisfacción de deber cumplido. Y el mérito es todo suyo, de nadie más. Primó el médico, el oncólogo que debió sufrir miles de pérdidas humanas durante el ejercicio de su profesión en la que el principal responsable era y es el humo de tabaco. A poco de asumir su primer mandato tuvo esa irreprochable medida sanitaria de prohibir fumar en los espacios y oficinas públicas, y los no fumadores agradecimos el gesto que nos devolvió el derecho a respirar aire sin humo. Una vez más este pequeño país ubicado en un rincón de América del Sur, propina una lección al mundo. Otro “Maracanazo” del que hablarán o no en el primer mundo, pero que seguramente muchos de los que apostaban a una derrota judicial se inclinan envidiosos ante la visión de un Jefe de Estado con todas las letras. Mastican bronca porque Tabaré no les dió tiempo de celebrar la ausencia -por ahora- de petróleo cuando les mete este gol de media cancha. 


#ReconocerNoCuestaNada... no podés!!

Con ese hastag, Luis Lacalle Pou referenció en su cuenta de twitter el resultado del dictamen judicial internacional que anunció el Presidente. 

Sin perjuicio del resultado en el juicio, 
la política respecto al cigarrillo y
los lugares para fumar fue exitosa. 
#ReconocerNoCuestaNada

Es cierto, reconocer no cuesta nada, pero decirlo de esa forma, justo cuando el país celebra una victoria como esta, suena como poco “positivo” y hasta con un dejo de resignación (por no decir de bronca contenida) por el triunfo internacional que logra un Presidente uruguayo que no es él ni es de su partido. Pero bueno, seguramente lo haya traicionado el recuerdo de su padre afirmando que el cigarro “ha sido un gran compañero”, mientras se votaba en el Senado el proyecto de ley que prohibía la exhibición de tabaco en locales de venta en el año 2014. 

Pero el logro es tan grande que nada ni nadie puede opacar este momento. Es -sin dudas- un reconocimiento internacional que vuelve a dejar en alto al Uruguay, un pequeño y pobre país que demuestra al mundo que cuando hay razón en el reclamo no hay gigantes que puedan derrotarlo.

Hoy quedó de manifiesto que Uruguay jugó fuerte ante los grandes capitales poniendo todo lo que tenía para defender la salud de su población, algo que algunos pensaron era imposible de enfrentar, acostumbrados a dejar hacer lo que quisieran a esos capitales sin importar los perjuicios de la gente.

Quien no recuerda la resistencia que generó la medida en el ambiente comercial uruguayo y en muchos fumadores que reclamaban el derecho a fumar en el interior de los boliches o restoranes como estaban acostumbrados. Sin embargo ese punto de quiebre que significó la prohibición, generó un verdadero cambio cultural que todos los uruguayos aceptamos sin chistar hoy día y que defendemos como si hubiera sido algo de toda la vida. Una prueba irreprochable de que se puede cambiar si nos convencemos que esos cambios son a favor de todos y en contra de nadie, porque hablamos de salud, no de intereses comerciales.

Ganó Uruguay, ganó su gente, ganó una medida que es ejemplo mundial. Se demostró que es posible ejercer la defensa de la salud de la población de un país como un derecho irrenunciable y sagrado que no puede avasallar ningún régimen supranacional. 

Hoy ganamos otro campeonato mundial, hoy somos noticia en el mundo entero. Hoy el “Gran Capitán”, el “Negro Jefe”, es un hombre que nació en un barrio humilde, de padres obreros, que estudió medicina y que llegó a ser Presidente de la Nación. 

Hoy, Obdulio Varela o Héctor Scarone, (dos personajes que simbolizan hazañas de las más ricas de nuestra historia futbolística), son Tabaré Vázquez. Hoy están representados en un mandatario que se la jugó por entero a defender el cielo uruguayo libre de humo, y por más que reconocer no cueste nada, costó mucho sostener la bandera firme como para no pretender que flamee por mucho, mucho tiempo, celebrando esta victoria.




el hombre agitaba la bandera,
el perro mordisqueaba un pucho...

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