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martes, 7 de julio de 2015

Hoy más que nunca: FA

Me crié en dictadura, junto a mi generación nacimos tarde a la vida política. La censura y los comunicados de las Fuerzas Conjuntas eran cosa de casi todos los días. Me crié haciendo largas colas esperando el camión cisterna de ANCAP con el keroseno para aquella vieja estufa Solmatic de rulos y el brillante Primus con que mi vieja cocinaba los alimentos. Me crié escuchando hablar de carestías, de vedas, de escasez. Me crié con mi  familia ganando salarios de hambre, viviendo en un apartamento de un dormitorio donde nos arreglábamos como podíamos cuatro personas. Me crié con mi viejo sufriendo la huelga general, mi vieja cosiendo para afuera y viendo la heladera vacía un día sí y otro también, pero con el orgullo de poder decir que nunca nos faltó un plato de comida en la mesa. Me crié escuchando de ajustes fiscales, de acuerdos con el FMI, siempre ajustando para abajo y hasta donde el cinturón alcanzare. Por aquellos tiempos no había derecho al pataleo, en realidad no había derecho. Me crié viendo a compañeros caer en las razzias sin razón, me crié sin poder dejarme el pelo largo a riesgo que me rapara la Policía. Me crié sin derecho a olvidarme la constancia laboral, a riesgo de terminar preso... Pero un día llegó la democracia. Como pudimos nos la fuimos arreglando y ganando espacios en una forma de gobierno que nació renga pero que fue mejorando su andar sobre la marcha. Y con ella fue creciendo la herramienta del cambio, aquella “fuerza constructora. Obreros de la construcción de la patria del futuro que soñamos...” al decir del Gral. Seregni en sus primeras palabras tras ser liberado. Pasó el tiempo, pasaron gobiernos de colorados y blancos, y aquella fuerza siguió acumulando para hacer posible el sueño de llegar al gobierno. No hubieron tanques rusos, no se llevaron a los niños del país. Pasaron crisis internacionales y lejos de achicarnos, crecimos. Sorteamos el primer gobierno con nota, lejos de la recesión y con crecimiento acumulado. Vino el segundo gobierno y con Pepe obtuvimos destaque internacional y seguimos creciendo. Hoy nos enfrentamos a un nuevo desafío, el de profundizar los cambios sin dejar se perder la identidad propia de aquella “fuerza constructora” de una patria que empieza a sentir como real ese futuro que soñamos.