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miércoles, 18 de marzo de 2015

Milonga de cuarta

Pasé el domingo por casualidad. El espectáculo no era nuevo pero aún así me resultó simpático verlos ocupando el espacio público para disfrutarlo bailando tangos y milongas. Al doblar por Julio Herrera y tomar 18 de Julio lo hice bien despacio, quería disfrutar aquellos acordes aunque fuera un instante y ver la alegría dibujada en los rostros de los tangueros que se atrevían a demostrar su arte en público y -también- en las caras de quienes se agrupaban para disfrutar del espectáculo. Lo que no supe allí (se daría luego de mi fugaz pasaje) fue el  anacrónico e insólito episodio de no permitir el baile a dos personas del mismo género, bajo la consigna de no querer “maricones ni tortas”. Lo que parecía una movida cultural simpática y pintoresca, terminó siendo una milonga de cuarta...