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miércoles, 27 de mayo de 2015

¡Corre, Diego, corre!

Diego
Ese sábado estaba gris, los negros nubarrones pintaron rápidamente el cielo de un color plomizo y amenazante. La brisa pasó de fresca a fría y sumaba otro argumento para el desistimiento, pero, la convocatoria pudo más y venció a la pereza. El Parque Rivera, lugar de encuentro, sumó por la positiva y ya no había vuelta atrás. Ni la lluvia que se descargó luego pudo evitar que cumpliéramos con la cita y lo que vivimos ese día nos dio la razón. Él estaba allí, anfitrión de lujo, para recibir a todos y cada uno de los que nos auto convocamos por las redes para acompañarlo en su travesía. Un corto viaje público al que nos subimos para compartir con Diego una pequeña porción del mismo, si se quiere, una de las mejores partes. Bastó ese corto trayecto para imaginarnos la parte más tortuosa y difícil que tuvo que transitar, pero allí estábamos para verle, feliz y realizado. Orgulloso de seguir convocando para correr por la vida. 

Corre, Diego, corre...


No pudo el cáncer, menos podría la lluvia

El Parque Rivera está enclavado en medio de la ciudad, un refrescante pulmón verde que se disfruta siempre. Con su lago en medio y bordeado por una frondosa vegetación, es punto de encuentro obligado para quienes disfrutan de las actividades al aire libre. El “running” es de las actividades preferidas por quienes gustan de un circuito agreste que se levanta como un paréntesis entre los barrios de Carrasco Norte y Carrasco.

Desafiando a la lluvia junto a Diego
El grupo principal -convocante- se concentró en la periferia misma del parque, al lado del salón municipal de convenciones con que cuenta el mismo. El color amarillo -"leitmotiv" de la convocatoria- nos permitió ubicar el punto inicial de aquella carrera por la vida. 

Por la vida de Diego y de todos los “Diegos” que, al igual que aquel, forman parte del grupo “livestrong”, integrado por luchadores por la vida que atravesaron situaciones donde el fantasma del cáncer se instaló un día y al que decidieron darle batalla. Una batalla a la que se sumaron otros cientos que -como ellos- acompañan y dan fuerza vital para recorrer esa instancia con valor, resolución y llenos de vida.

Uruguay por Livestrong (UxL) “es un grupo de voluntarios que trabaja siguiendo las iniciativas y programas de la fundación LIVESTRONG”* Precisamente esta organización inspira y motiva a las personas afectadas por el cáncer, una enfermedad a la que invitan a desafiar y prevenir antes que sentirse derrotados sin dar pelea.

Y vaya si se sintió esa energía aquel sábado gris que se llenó de luz propia con los casi cien asistentes que nos propusimos ser parte de una ola positiva para Diego y para todos los “Diegos” que deciden hacer frente a una enfermedad que no es invencible.

La maratón fue tan solo una excusa, la razón principal fue Diego, un perfecto desconocido para mí pero cuyo rostro no olvidaré jamás a partir de ese día. Porque en él tendré presente a todos los que luchan contra la enfermedad y que merecen conocer que existe gente y mucha información que puede ser de ayuda para hacer de esa batalla una pelea justa y posible.

El anfitrión estaba -cámara de fotos en mano- registrando todos y cada uno de los momentos que formaron parte de esa movida. Una convocatoria para sumar energía positiva que le permitiera asumir el último tramo de su tratamiento al que asiste por estos días con la última sesión de quimioterapia.

En la misma carrera pudimos conocer historias que en principio pensamos hablaban de este Diego, (en puridad era otro "Diego", el de esta historia sufrió un cáncer testicular) a quien le habían extirpado un riñón y había superado con éxito la enfermedad, atravesando el proceso final del cual saldría airoso. Aquella mujer corría feliz, su fuerza se reflejaba en cada palabra que afirmaba la victoria de ese "Diego", y así lo compartía con los compañeros ocasionales de carrera.

Era tal la positividad de aquellas personas que me hizo pensar con qué poco podemos contribuir para ayudar a otros que lo necesitan. Basta con juntarse, ser parte de una corriente generadora de una fuerza invisible que llena el corazón de quien sufre el quebranto, ese que no vacila ni retacea espacios para mostrarse agradecido y receptivo a tanta energía. 

La carrera pasó rápidamente, la llovizna -a veces lluvia abundante- fue una anécdota menor, lo importante estuvo antes y después de la carrera, principalmente, en la muestra fotográfica que invitaron a recorrer y a la que fuimos.

Lau y Lu... divertidas
Allí estaban retratadas las historias de varios uruguayos que, como Diego, atravesaron por el trance de enfrentar al cáncer y vencerlo. Historias de un penta campeón de natación que sufre la enfermedad de su padre enfrentándola, o de una amiga que tuvo a sus “hermanas de la vida” como compañeras de viaje abrochando fuertemente sus lazos de amistad. O la historia de Santi y Vale, dos niños que se conocieron en el sanatorio y hoy son amigos entrañables.

Nadie de los que asistió ese día pudo irse sin sentir que algo había cambiado en su interior. Todos nos fuimos convencidos que Diego no está solo, y, de algún modo, también sentimos que acompañamos su recuperación. 

Corre, Diego, corre... que todavía queda vida por vivir.



*http://www.livestrong.org/


el hombre corrió y corrió,
el perro ladró y ladró...
por todos los Diegos

2 comentarios:

  1. Soy Diego!!! Y te quiero agradecer por las palabras y por la sensibilidad. Fuiste capaz de captar la esencia del evento y transmitirla de una manera increíble!!! Donde lo importante eran todas las luchas y los triunfos que estaban presentes, en las fotos o en las historias!!! Gracias de parte mía y de UxL

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  2. Una lástima Dieguito no me enteré. ....xq sin dudas estaría ahí. Gran compañero desde tiempos remotos jejejeje.
    Te felicito. ......por la grandeza y la fuerza con la q encaras los cachatazos de la vida. X la flia que has formado y sin dudas son la luz de tus ojos.
    abrazo grande Compaaa.

    Carla Severo

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