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miércoles, 1 de abril de 2015

Los primeros treinta

En medio de la Semana de Turismo, Santa, Criolla, de la Vuelta o de la Cerveza, se cerraron los primeros treinta días del gobierno de Tabaré Vázquez. El cierre ocurre en medio de la semana más disfrutable que tenemos los uruguayos y de la que hacemos gala con indisimulado orgullo. Primer mes que osciló entre la dulce espera del empresariado que mantiene intactas las expectativas propias a sus intereses, el desconcierto de la clase trabajadora que pidió aclaraciones sobre el FONDES, y la impronta ejecutiva que tuvo la cartera del Interior que comenzó con fuerza a aplicar las medidas anunciadas por Bonomi el 2 de marzo.

Controlando motos, cerrando bocas

Más de 1200 motos se acumulan en depósitos de la Policía Nacional a lo largo y ancho del país. Es que la medida dispuesta por el Ministro en su discurso de asunción – ocasión en la que también se impuso en el mando a los nuevos Jefes de Policía y Directores Nacionales- se comenzó a aplicar de forma casi inmediata. La promesa electoral del hoy Presidente Tabaré Vázquez, de bajar el 30% las rapiñas durante el próximo período, se asumió con fuerza y determinación en la cartera liderada por Bonomi. El control de motos y ataques al microtráfico de drogas (bocas), no se haría esperar.

Ese objetivo ambicioso, que ha causado sorpresa en muchos actores políticos que ven con descreimiento la posibilidad de su cumplimiento, es un objetivo posible para el Ministro. Y lo es porque él sabe muy bien cuánto se trabajó en el período pasado para generar las condiciones de trabajo y operatividad policial que viabilicen su concreción.

Bonomi sabe que durante la administración pasada se construyeron las bases necesarias para dotar a la Policía Nacional de las mejores herramientas para que se alcancen objetivos como ese. 

Mejores retribuciones han permitido -y continúan haciéndolo- una selección de personal que reúna las condiciones profesionales y capacidades físicas que merece la profesión policial. Un mejor armamento hace posible que el enfrentamiento con la delincuencia ya no sea desigual sino todo lo contrario. Hoy el Policía cuenta -además- con tecnología aplicada a la represión del delito que complementa su labor y garantizan su eficacia.

Mejoró la flota vehicular y su mantenimiento. La renovación, cada dos años o superando el kilometraje estipulado, hacen del parque automotor un instrumento útil que mejoró el servicio y la respuesta policial. El mantenimiento de esa flota -acuerdo mediante con el CTMA (Centro de Talleres Mecánicos de Automóviles)- terminó con la corrupción del CAYMA y dotó de historia mecánica a cada unidad intervenida, que incorpora  trazabilidad automotriz. Ni hablar de la mejor administración de los recursos económicos que sufrían una pertinaz sangría por esta vía.

La capacitación permanente fue otro diferencial importante, donde se sumó la experiencia internacional aportada por consultores de renombre que asistieron a la cartera incorporando sus saberes al trabajo policial. Hoy hablar de mapas de calor, puntos calientes, programas de predicción delictiva y medición de tiempos de respuesta, son comunes entre los uniformados. Las nuevas comunicaciones, la videovigilancia y la labor de una renovada Policía Científica, acorralan a una delincuencia que empieza a sentir la presión. El caudal de procesados que semana a semana terminan tras las rejas dan muestras de ese trabajo policial.

Estos, que son solo algunos de los puntos más relevantes, permitieron asegurarle al hoy Presidente la pertinencia de aquella promesa electoral. La continuidad del equipo liderado por Bonomi, también es uno de los argumentos que abonaron ese convencimiento. 

Sin perder tiempo, ni bien reasumió al frente de la cartera, dispuso medidas ejecutivas que pusieron el norte en el combate al delito. El control de motos -principal vehículo utilizado por los delincuentes- comenzó en todo el país, no obstante la mayor concentración de vehículos incautados se daría en la zona metropolitana (Montevideo, Canelones y Maldonado, principalmente), siguiendo la tendencia del porcentaje de delitos que allí se cometen. 

Junto a la Policía, se logró el compromiso de otros actores públicos (Intendencias y UNASEV), que contribuyen a mejorar la circulación regular de los birrodados, sacando de las calles las que no están en regla. Muchas de ellas con requisitorias por hurto, siendo sus responsables derivados a la Justicia.

Por otro lado, el combate a las bocas de drogas se impulsa con fuerza en tarea liderada por la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas que tiene su correspondencia en cada Jefatura. Sin pausa, comienzan a conocerse procedimientos al respecto que confirman el trabajo iniciado.

Procedimientos donde se produce la incautación de armas, también se han hecho frecuentes por estos días, trabajos de inteligencia mediante que han permitido sacar de circulación arsenales impensados para el común de la ciudadanía.

Era imprescindible contar con toda la fuerza policial alineada para hacer de aquel objetivo una meta accesible. Así lo entendía Bonomi, así lo transmitió -fuerte y claro- a todos los Jefes y Directores Nacionales ni bien asumió.

El trabajo sigue, las medidas dispuestas no tienen fecha de vencimiento. 

El objetivo es ambicioso pero posible, lo sabe un Ministro y lo prometió un Presidente.



al hombre lo bajaron de la moto, 
el perro no llevaba casco...

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