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viernes, 12 de diciembre de 2014

Después del infierno, ¿qué?

El avión carreteó por la pista central de nuestra principal terminal aérea en la madrugada uruguaya del domingo 7 de diciembre. Nadie imaginaba que aún en suelo uruguayo y con su liberación acordada, mantendrían su condición de presos hasta el último instante. Nadie podía entender cómo era posible extender sufrimiento e indigno tratamiento a seres humanos a los que no les pudieron levantar ningún cargo en su contra y contaban con su liberación firmada hacía más de 5 años de los 13 que duró su encierro. Atrás quedaría aquel infierno de pasos cortos y engrilletados, de encierro injustificado, degradante e inhumano. La llegada a un país extraño encerraba muchas dudas, resquemores, recelos y desconfianza. Poco o nada conocían de Uruguay, a pesar de lo cual, cada vez que la figura del Presidente Mujica era noticia en los medios a los que podían acceder, lo reconocían y escuchaban atentos cada informe. Hoy aquella desconfianza se transformó en gratitud a un mandatario y su pueblo que abrieron las puertas de su pequeño país para acogerlos. Hoy conviven con nosotros y han empezado su adaptación no sin sobresaltos; hoy todavía se preguntan: después del infierno, ¿qué?

lunes, 8 de diciembre de 2014

La dignidad en una bolsa

Seis dignas bolsas
Fueron muchos meses de negociación desde que el Presidente Mujica le comunicó a Obama su voluntad de contribuir al cierre definitivo de la cárcel de Guantánamo. Fueron meses de información y asesoramiento para concretar el traslado del mayor número de personas (6) desde aquel infierno hacia una oportunidad de vida. Personas que sufrían injusto cautiverio en una cárcel que ya no se justifica. En efecto, desde aquel fatídico 11 de setiembre se instaló en el país del norte una verdadera cacería de brujas que llevó a generar las mayores injusticias hacia personas que -al cabo de más de 13 años- no tienen acusación formal en su contra, sufriendo indebida privación de libertad.