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miércoles, 22 de octubre de 2014

Falso, engañoso o verdadero

Fuente: itunes.apple.com
Una sección del matutino El Observador ha resultado de lo más novedoso en la cobertura de esta campaña electoral por cuanto ha dedicado espacios significativos para develar la pertinencia de los dichos de campaña de muchos candidatos o dirigentes políticos. Tras la enunciación -por parte de algún candidato o dirigente- de algún concepto arengado en el fragor de algún discurso, el diario se dedicó a desmenuzar la veracidad del mismo (algunas veces de difícil comprobación), desnudando luego un veredicto (que insume más conceptos que los que titulan esta columna, a saber: falso, engañoso, apresurado, discutible, verdadero pero..., y verdadero). Este modo de verificación me ha resultado ingenioso al punto de compararlo con otras afirmaciones que disparan desde la oposición y que nos quieren hacer parecer como verdades absolutas...

¿El Pepe en campaña?

Que la memoria es selectiva, no es novedad para nadie, pero ello no obsta a que se pueda descubrir la selección que hacen los que hoy parecen haberla perdido en forma -también- muy selectiva. Es que critican la intromisión (?) del Presidente de la República, José Mujica, en la campaña y se olvidan de recordar cuánto (de lo que hoy hace Mujica), hicieron los anteriores presidentes cada vez que pudieron. Con la diferencia, claro está, que los anteriores presidentes de partidos tradicionales lograban un efecto nefasto con cada aparición merced a los pobres guarismos de aprobación de sus gestiones con las que terminaban su mandato. En definitiva, que sus apariciones les restaban en lugar de sumarles y por más que fuera para mostrar obras -culminadas muchas veces a las apuradas o inauguradas varias veces con el mismo mobiliario- les significaba una resta irremediable que poco importaba a quienes ya intuían la victoria electoral sumando una razón más para demostrarlo en las urnas.

Lo que rechina hoy a la oposición es saber que Mujica cuenta con una aprobación de su gestión en aumento y una popularidad que ya quisieran contar ellos. Saben que Mujica mueve la aguja de cualquier encuesta, lo presienten, lo intuyen y se desesperan. Pero también saben que tiene con qué hacer alarde de esos datos de aprobación y popularidad, porque su gobierno se ha dedicado a mejorar la situación de los menos prevalecidos de siempre -o de casi siempre- hasta la llegada del FA al gobierno. Eso los pone nerviosos y apelan a ensayar argumentos contrarios a sus apariciones cayendo en una contradicción absoluta con ellos mismos.

Es que durante toda su gestión se han dedicado a criticar al Presidente por sus dichos, por sus acciones, le han hecho todo tipo de agravio, sin embargo aún con esa ventaja que les daría Pepe, persisten en criticar su participación inaugurando sus obras como si no tuviera derecho a hacerlo. Si en verdad Mujica dice y hace disparates, lo mejor -para los intereses opositores- sería dejarlo hacer y seguir diciéndolos, eso mantendría coherencia con sus dichos anteriores a la campaña y les aseguraría una elección. Pero es que ellos también saben que no es cierto, con sus mismos actos y dichos lo reconocen y ante el peligro que Mujica les tuerza una elección, reflotan la Constitución, esa valiosa herramienta que aplican según les convenga.

Es muy discutible decir que Mujica está en campaña, en todo caso solo hace lo que siempre hicieron quienes le precedieron, mostrar al final de su gestión lo que se hizo. La diferencia está en que se hizo mucho, muchísimo, y a ello se suma el carisma de un Presidente que rompió todos los moldes...

También se escucha por estos días que hay que impedir las mayorías parlamentarias, y allí se olvidan por completo de sus propios argumentos esgrimidos en ocasión de votarse la reforma constitucional que hoy nos rige. Momento en el que se fundamentaba que las mayorías eran poco menos que imprescindibles para gobernar y así lograron impedir la llegada del FA por un período y negociaron mayorías entre blancos y colorados que duraron un tiempo hasta que se esfumaron para hacer campaña.

Como el Frente Amplio llegó al gobierno y -gracias a la reforma que ellos mismos propusieron- lo hizo con mayorías, ahora el argumento es estar en contra de estas, con lo cual queda por demás claro que a las mayorías que refieren son a las de la izquierda, porque las de ellos serían las únicas realmente buenas.

El domingo se dirime la primera vuelta, que sea la única dependerá de esas mayorías que no quieren más (para la izquierda, claro), y según todos los pronósticos es muy difícil que no haya una segunda vuelta. Particularmente aspiro a que no sea así y en la primera se de el respaldo a un proyecto de país que merece seguir de largo para el bien de la mayoría, esa mayoría silenciosa que ha sido beneficiada por estos gobiernos del FA y que se debe hacer sentir en las urnas el último domingo de octubre. Si así no ocurriera, seguiremos dando pelea para que en la segunda vuelta se alcance el objetivo.

Pero hay algo que no podemos ni debemos permitir y es dejarnos ganar por esas contradicciones que pretenden hacer ver como verdades absolutas. De los uruguayos se dijo que siempre fuimos conservadores, entonces... conservemos esta nueva forma de manejar un país y alejemos definitivamente los fantasmas de las falsas oposiciones o contradicciones.

Si alguien logra entender que antes sí eran buenas las mayorías pero ahora no lo son; si antes los Presidentes podían exponer sus obras al finalizar sus períodos y ahora ello viola la Constitución, por favor que lo expliquen. De lo contrario, bienvenidas sean secciones como las de El Observador para que nos echen luz y nos permitan discernir entre lo falso, engañoso y lo verdadero...




el hombre decía blanco pero quería negro,
mientras el perro ladraba su contradicción...

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