Traductor

jueves, 27 de marzo de 2014

Y llamó el Presidente y mandó a parar...

Faltaban pocos minutos para las 20:00 horas del jueves 27 de marzo. Un día bastante agitado tras los incidentes producidos la noche anterior en el partido entre el Club Nacional de Fútbol y Newell's Old Boys de Rosario (Argentina), donde los parciales tricolores la emprendieron con la guardia policial intentando violar una disposición de seguridad previamente acordada. El teléfono sonó y el Lic. Vázquez atendió... del otro lado de la línea el ministro Bonomi informaba de la decisión del Presidente Mujica. Es que este último, harto de los desbordes de violencia en el fútbol, había tomado una decisión de alto impacto. Fue así que “llamó el Presidente y mandó a parar...”

La pelota en la casa de la AUF

Los hechos se fueron produciendo como si hubieran estado libretados. Las amenazas de los días previos hacían pensar en un clima hostil en el partido revancha donde los albos nada se jugaban -eliminados ya de la contienda continental- tras una de las peores performances que registre en la misma. Pero los hechos y emboscadas sufridas en Rosario estaban vivos en las redes y durante días se fueron auto alimentando sin poder detenerlos. 

A la preocupación de los visitantes se sumaba la de las autoridades locales y del club locatario, quienes comenzaron con bastante anticipación a plantearse las medidas de seguridad que minimizaran los riesgos y aquel partido fuera lo que debiera ser: una fiesta deportiva. Las reuniones convocaron a representantes de ambos equipos sumados a la Jefatura de Policía de Montevideo y Guardia Republicana, junto al Estado Mayor Policial. La circunstancia lo ameritaba. Las redes seguían alimentando la sed de revanchismo en una parte de la parcialidad local que tenía presente los sinsabores sufridos en Argentina y la histórica rivalidad con el equipo de Newell's que se remonta a la gesta de 1988.

La última reunión preparatoria fue el martes 25 de marzo, allí se dieron cita la plana completa del Estado Mayor Policial con representantes de la Jefatura de Montevideo, la Guardia Republicana, Dirección Nacional de Policía Caminera y Dirección Nacional de Bomberos. Junto a ellos dos representantes de la Comisión Honoraria para la Prevención, Control y Erradicación de la Violencia en el Deporte (entre ellos el suscrito), y representantes argentinos (dos por el Gobierno de Santa Fe; dos representantes de Newell's Old Boys y el Agregado Consular de Argentina, Dr. Alejandro Mischutin), y los referentes del Club Nacional de Fútbol, Wilson Miraballes y Andrés Rodríguez.

La reunión transcurrió normalmente desarrollando los diferentes ítems relativos a la logística de la llegada de los hinchas visitantes y los controles de rutina a los que serían sometidos, como medidas preventivas de seguridad que les fueron impuestas allí mismo, para que nada estuviera librado al azar ni al desconocimiento de los que llegaran acompañando al equipo rosarino.

Casi al término del encuentro se dejó expresa constancia de la sugerencia hecha por el propio Bonomi tras los incidentes del encuentro local entre Nacional y Danubio en el Gran Parque Central, disponiendo que de aquí en más fuera la hinchada menos numerosa la que se retire primero de los escenarios deportivos. Algo que parece de estricto sentido común menos para los hinchas de los clubes grandes que aspiran a ser los primeros en desalojar siempre.

Lo cierto es que esa medida fue bien recibida por todos, incluidos los referentes tricolores que apoyaron dando argumentos como que “Nacional no tiene interés deportivo en juego y muchos de los que van a ir al partido lo harán con espíritu de revancha; en el Estadio y de noche, desalojar primero a la hinchada de Nacional es una invitación a que se escondan por el Parque Batlle y embosquen a los ómnibus visitantes” (palabras más o menos textuales de Andrés Rodríguez al suscrito en un aparte de la reunión).

Los representantes argentinos apoyaron también la medida de desalojar antes a los hinchas de Newell's, y así se fueron (nos fuimos) todos los asistentes a la misma: sabiendo quién evacuaría primero cualquiera fuera el resultado.

Lo que sucedió después fue una demostración de lo acertado de la medida. Los hinchas tricolores de la Colombes -desoyendo la medida (anunciada también varias veces por los alto parlantes)- pretendieron salir con la “presumible” intención de tomarse la revancha anunciada contra los hinchas visitantes.

La violencia y descontrol vivido durante unos diez o tal vez quince minutos, no necesita descripción. Tampoco hace falta decir que rechazo totalmente la agresión a un periodista y las amenazas que vivió otro por hacer su trabajo. De sus denuncias tomará debida cuenta el Ministerio del Interior para castigar como corresponde inconductas que desacreditan cualquier operativo policial.

Pero al día siguiente y por lo que significa el fútbol para nuestra gente, a lo que se suma la repercusión que genera en la opinión pública y los recursos que invierte la sociedad para tratar que los espectáculos deportivos se realicen con normalidad, el Presidente mandó una fuerte señal que provocó el impacto deseado seguramente.

La llamada de Bonomi a Vázquez fue minutos antes de salir en vivo con Blanca Rodríguez en el noticiero central de Subrayado, y allí el propio Vázquez hizo el anuncio de la orden presidencial de no cubrir más con servicios policiales a los encuentros que se programen para el Estadio Centenario y/o el Gran Parque Central.

A estas horas (día jueves casi viernes), la expectativa está en una reunión entre el Presidente de la AUF y el propio Mujica.

La señal había llegado fuerte y clara a la calle Guayabos, y los clubes discuten la suspensión de la fecha o la realización parcial de la misma.

Pasó lo que tenía que pasar, el Presidente llamó y mandó a parar... solo así será posible -de una vez por todas- que la violencia y los violentos se terminen en ocasión de un partido de fútbol.


el hombre atendió la llamada,
y esta vez el perro los dejó callados ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario