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martes, 17 de diciembre de 2013

Justicia: lenta, pero llegando

Fuente imagen: www.ligadelconsorcista.org
Hace un tiempo ya (2011) que Bonomi dispuso el cierre de CAYMA, en mérito al cúmulo de irregularidades con apariencia delictiva que se desenmascararon en dicha dependencia de la Jefatura de Policía de Montevideo. Al grito destemplado de “un círculo con ángulos rectos”, se ocuparon titulares de prensa que cuestionaban la medida ministerial a instancias de la no resolución judicial del caso. Como la señora de ojos vendados y balanza en uno de sus brazos, se tarda su tiempo en dilucidar los casos, el tiempo demorado fue ampliamente difundido en gruesos caracteres de molde que no se corresponden con los espacios otorgados cuando se comienza a ver la razón y acierto de Bonomi en la definición tomada en aquella oportunidad. ¿Renunciá Bonomi era una pantalla para ocultar lo inevitable?
Cada vez más parece que sí...



Cuando se trabaja seriamente

La Justicia se apresta a decretar procesamientos en el caso del CAYMA, y la prensa le da espacios reducidos que contrastan con la dimensión que tuvieron las defensas que hoy se dan de bruces contra las decisiones judiciales (ver El País del 17/12/13 pág. A10)

Cuántas veces se lo criticó por las decisiones adoptadas! Todas y cada una de las cuales no fueron una mera improvisación sino una decisión mesurada, pensada y fundamentada. 

Así se lo vió salir a defender a un Policía que había dado muerte a un delincuente que cubría su huída a tiros en medio de un pasaje vecinal de Casavalle. En aquella oportunidad estuvo una cámara de televisión en medio, y se tejieron mil argumentos (desde el gatillo fácil hasta la impericia o falta de profesionalismo de la Policía Nacional).

Al frente, como siempre le gusta ir, estuvo un Ministro que no rehuye a las críticas cuando sabe que le asiste la razón, y encabezó la defensa de un funcionario que, honrando el compromiso principal de su profesión, puso en riesgo su vida y en cumplimiento de la ley repelió el ataque de un delincuente que le disparaba mientras corría por aquellos senderos vecinales. Finalmente el policía en cuestión fue sobreseído por la Justicia y no escuchamos decir nada al respecto de quienes debieran encabezar la defensa de los uniformados cuando les asiste la razón, sin importar su grado.

Entre las medidas dispuestas por Bonomi estuvieron la implementación del registro de asistencia mediante el uso de tecnologías (relojes biométricos); la eliminación paulatina de los Servicios 222; el control del uso vehicular y la eliminación de los vales de combustible mediante el SISCONVE; la instalación de un nuevo sistema de comunicaciónes TETRA  (geo referenciados y encriptados); la mejora de la flota vehicular (cada año se suman más unidades: patrulleros, motos, autos bombas URALES para combatir incendios, camionetas para las BEPRA, etc); se mejora el armamento (siguen incorporándose Glocks 9 mm para sustituir la totalidad del armamento policial); se reestructuró la Jefatura de Policía de Montevideo en cuatro zonas operativas; se descentralizó el Cuerpo de Radio Patrulla para dar despliegue territorial efectivo a sus unidades; se mejoraron los salarios y se prevé que al cierre del período el escalafón más bajo esté cercano a los 30 mil pesos; se incorpora la tecnología a la seguridad con la videovigilancia (Cordón Seguro, Ciudad Vieja Segura, Centro Seguro); mejora del Servicio 9-1-1; fortalecimiento del Observatorio Nacional Violencia y Criminalidad (convenios con UDELAR, Universidad de Cambridge); incorporación del Sistema de Denuncia en Línea (para quienes afirman hoy (y no lo hacían antes cuando eran gobierno) que los delitos mantienen una cifra negra de no denuncia, la administración Bonomi pretende achicar esa brecha sumando alternativas para la denuncia. 
De todas esas medidas dispuestas por Bonomi y ejecutadas por su equipo, recibió las críticas destempladas de algunos detractores que vieron terminarse los privilegios sin darse cuenta que ello se hacía para beneficio de todos los uruguayos que merecen una mejor seguridad. 

Los cambios necesitan un tiempo para que comiencen a demostrar resultados, y a poco de su implementación -con el nuevo comando de Montevideo- la respuesta policial ve mejorada su eficacia cada día. Los tiempos de respuesta llevan a enfrentamientos con una delincuencia que comienza a sentirse acorralada por la Policía. Enfrentamientos que había advertido Bonomi antes, pero que pocos escucharon. Igual que pasó con el tema de los homicidios, cuando se advirtió hace tiempo que los heridos de bala de la cintura para abajo respondían a ajustes de cuenta y que en poco tiempo serían ejecuciones, tal cual estamos viendo hoy.

Un tema aparte es la reforma penitenciaria. Un hierro candente que hizo de la emergencia carcelaria un tema en franco retroceso y hoy -con la creación del Instituto Nacional de Rehabilitación- comienza un período de cambios ostensibles que hacen de Uruguay un ejemplo a nivel internacional. Los tiempos de los informes de Manfred Nowak quedaron atrás para asombro del mundo entero.

Durante décadas se abstuvo esta cartera de modificar nada, y era una ley no escrita el “porque siempre se hizo así”. Así llegamos a tener una Policía mal paga, que hacía de los servicios extraordinarios su principal razón de ser en desmedro de los servicios ordinarios que requiere la población. 

Durante años se padecieron carencias edilicias, logísticas y de capacitación profesional. 

Hoy todo eso quedó atrás y comienza a disfrutarse otra Policía, la del Siglo XXI, la que responde a las necesidades del nuevo Uruguay.

Bonomi no renunció, sino que hizo lo que nadie había hecho en mucho tiempo.

El mismo tiempo que deberá transcurrir para que la historia le de el crédito que merece. 


el hombre armó la balanza,
el perro ladraba a la señora de ojos vendados...

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