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viernes, 5 de abril de 2013

Pelota al Medio Sudamericana

Confraternidad total
La idea comenzó a cuajar cuando la celeste mayor disputaba su partido por eliminatorias en Colombia, partido que sufrimos por el calor y la goleada 4 a 0. Sin embargo y a pesar de ello, fiel al espíritu del programa, la semilla germinó y al regreso de la delegación se gestó un encuentro en el que participaron  los embajadores  de Colombia y Argentina, junto a representantes diplomáticos de Perú, Ecuador y Chile. De aquella instancia  (agosto de 2012) a hoy transcurrieron algunos meses de organización que cuajaron en esta realidad del Primer Torneo Sudamericano de Programas Sociales...
Pasa bien la pelota, huevón!

El partido inaugural entre Chile y Uruguay se jugó con presagio de mal tiempo, las miradas hacia el cielo encapotado eran denominador común entre los organizadores que temían la suspensión tras meses de trabajo intenso.

La selección charrúa se formó con chicos seleccionados por el programa Pelota al Medio a la Esperanza, que reclutó a jóvenes de todo el país a partir de la participación de estos en sus actividades preparatorias para esta instancia internacional.

Enfrente estaba la delegación de Chile, integrada por jóvenes de la séptima región (Región del Maule de Chile), Municipalidad de Cauquenes, donde el Alcalde Juan Carlos Muñoz, sumó voluntades para que esta zona rural -muy  humilde- tuviera a sus chicos representando al país trasandino.

El viaje de los chilenos fue tortuoso, vinieron por tierra hasta Buenos Aires y allí debieron hospedarse en un hostal para trasladarse -otra vez por tierra- hasta el destino final, Montevideo, tras largas jornadas de viaje. No obstante ello, las ganas de disfrutar de la pelota corriendo en el verde gramado del Estadio Luis Franzini, dejaron atrás toda la dificultad vivida, y se les notó. El dominio deportivo fue notorio a pesar de no concretarse en el terreno de juego. Los celestes no podían vulnerar la muy buena defensa roja, y los insistentes reclamos chilenos nos dejaban claro que les sobraba voluntad y disfrutaban del juego. "Pedro, no seas huevón! Pasa bien la pelota!" - le reclamó el zaguero y el referido apretó los dientes y aceptó la crítica sin reprochar.

Tras el partido inaugural, el torneo -que terminó siendo un cuadrangular tras las ausencias de Paraguay y Argentina- continuó su marcha y al tiempo de escribir esta crónica faltaba un partido tan solo para dirimir las posiciones que determinarían las semifinales (derecho al que todos acceden por el solo hecho de la participación).

La delegación de Colombia está integrada por chicos del Programa Diplomacia Deportiva que integró a " "16 jóvenes chocoanos... de Quibdó, Istmina, Tadó y Acandí -cuatro de cada municipio-" según reporta el portal colombiano elnuevosiglo.co y nos manifestó el ministro consejero de la embajada colombiana, Francisco González.

Completa el grupo, la delegación brasileña, conformada por chicos del barrio industrial Armour, de Santa Ana do Livramento, compuesto por 17 jóvenes y sus responsables mayores que los acompañan estos días.

Todas las delegaciones se hospedaron en el Hotel Kolping, y la camaradería fue el denominador común de los chicos que también disfrutaron de salidas que jamás olvidarán como la visita al Monumento al Fútbol Mundial en jornada histórica en que el Club Nacional de Fútbol desplegó la bandera más grande del mundo, para registrar un nuevo récord para los uruguayos (perdón pero me salió el bolso de adentro!).

El torneo tuvo un ganador, pero eso es anecdótico; lo sustancial es lo que quedará para siempre en la memoria de estos jóvenes que han convivido entre iguales y conocido otras realidades. Desde esta experiencia, seguramente ya no serán los mismos.

Tienen sobre sí la gran responsabilidad de reproducir lo vivido en sus países, multiplicar esta experiencia, contarle a sus amigos y generar inquietudes similares que mejoren la convivencia. Contarles a quien quiera oírles, cómo una pelota, les permitió conocer gente nueva, amigos nuevos, y llevarán consigo el mensaje de la no violencia,  habiendo sido investidos -también- como Promotores de Convivencia.

La pelota se disputa, se patea; para conseguirla se tranca fuerte, se transpira la camiseta, se la quiere, se la trata bien. Principalmente esto último, se la trata bien, y mucho mejor cuando la pelota es un instrumento hábil para la convivencia, y el resultado  deportivo es un dato más pero no el principal.

Que este torneo no sea el último también depende de estos chicos y la transferencia que hagan de su experiencia para generar en otros más chicos, la inquietud de vestir la camiseta de su país para poner a rodar otra vez la pelota al medio a la esperanza en un torneo sudamericano.

Que así sea.
el hombrecito pateó la pelota,
el cachorro ladró el golazo...

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