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martes, 15 de marzo de 2011

404: Cno. Maldonado y… ¿Kadafi?


Publicado en La ONDA digital

“Kadafi,
estás nominado”

Con la mecha que encendiera la situación en Túnez, el polvorín africano comenzó a detonar bajo la atenta (y velada) dirección del GH de occidente. El mismo que, sumido en la peor crisis financiera que se recuerde desde el crack de 1929, lejos de sentirse derrotado se las ingenia para hacer del mundo el trampolín que lo saque del pozo sin importar los “daños colaterales” que ello implique.

Dicho esto a modo de introducción ya que por estos días nuestras páginas internacionales se llenan de noticias sobre Libia y su líder Muamar Gadafhi ó Kadafi (con más de cuatro décadas en el poder). No voy a hacer un análisis político profundo ni mucho menos, pero me surgen dudas al respecto y me subleva bastante el hecho de contemplar cómo se insinúan acciones de intervencionismo ante situaciones que no son nuevas y no merecieron atención durante décadas. Hablar de una intervención militar sin permitir que los libios resuelvan sus problemas y elijan la mejor forma de gobernarse a sí mismos, parece a todas luces una contradicción. Se argumenta para hacerlo, la defensa de la vida de inocentes que padecen el ataque del líder libio. Sin embargo dichas afirmaciones no son unánimes y hace pocos días fuentes rusas desmintieron la existencia de acciones bélicas en la zona de Trípoli, a partir de los registros satelitales cotejados. Entonces, la desinformación también juega su papel y, para evitarla, debemos aguzar los sentidos para no dejar lugar a la respuesta fácil que condene o absuelva cualquier postura.

Además, ¿qué parámetros hay que usar para medir una sociedad absolutamente diferente a la nuestra? Porque hacerlo con los de occidente nos llevará a cometer un acto por lo menos irresponsable o injusto. Por supuesto que no aceptamos las violaciones a los derechos humanos que hoy se denuncian. De ser ciertas, la condena internacional debe recaer usando mecanismos e instrumentos legales, no siendo -la intervención militar- una opción que compartamos.

Es frecuente que nos lleguen noticias de inexplicables acciones suicidas que terminan con vidas inocentes; poco nos importa que se hagan en forma de inmolación religiosa o portando un fusil y disparando indiscriminadamente a inocentes en un colegio, (como ocurre con macabra frecuencia en el mundo occidental). En suma, que los actos de terrorismo no tienen fronteras ni tampoco están únicamente identificados con opciones religiosas.

Entonces, a la hora de formarse una idea es conveniente escuchar todas las campanas e intentar -asimismo- posicionarse en el escenario sobre el que se quiere emitir opinión. Imaginemos tan solo por un instante que el mundo -sumido en una crisis existencial- tiene al agua como principal riqueza. Imaginemos también que nuestro país -dotado por la naturaleza de una porción del acuífero Guaraní- se convierta en una zona codiciada por las grandes potencias. No sería descabellado pensar en el surgimiento de “revueltas sociales” y que la intervención militar sea la opción que manejen los dueños del mundo por entonces (que seguramente seguirán siendo los mismos, por supuesto) para imponer el “orden perdido” a costo de esa riqueza codiciada, que seguramente será el “canon” que cobrarán por el servicio.

Cualquier parecido con lo que ocurre ahora en el norte africano no sería entonces ninguna coincidencia, sino, una lógica consecuencia.







el hombre esperaba el 404,

el perro se quedó viendo GH