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sábado, 31 de diciembre de 2011

Cada uno en su juego y seguro ganamos todos



Cerramos un año de mucho trabajo pero con la convicción del deber cumplido, por lo menos en lo que a la gestión refiere. Claro que para muchos todavía falta para recuperar tanto tiempo perdido y –principalmente- tanta seguridad perdida, pero lo que había que hacer se hizo, ahora falta que cada quien atienda su juego.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Carta a Papá Noel

“Querido Papá Noel:

Me llamo Uruguay y quería pedirte para esta Navidad que me traigas un poco más de convivencia, (la última que nos trajiste se está poniendo vieja y precisamos algo con más onda, viste). Es lo que falta para terminar de una vez por todas con la ajenidad que todavía nos aqueja y nos impide juntarnos como antes para sentirnos fuertes y seguros. (Ojo te pido convivencia, algo consistente y permanente, no marchas pasajeras que hacen bulla y no dejan nada).

viernes, 16 de diciembre de 2011

Mini Marchita “Bochinchera”



Alejada de su rol de chica “Bochinchera”, la rubia actriz (?) leyó la proclama ante unos pocos asistentes a una mediática marcha convocada por mayor seguridad. Una práctica que intenta poner en la agenda diaria los reclamos de quienes se convocan para pedir lo que desde el gobierno se prometió hace tiempo y por estos días se mostró como promesa cumplida. Lo triste del caso fue ver una puesta en escena pobre, mal preparada y peor interpretada. Una movida que, seguramente, desconocían los bien intencionados que asistieron o las familias de las víctimas, quienes merecen el total respeto a la memoria de sus familiares fallecidos o lesionados por delincuentes.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Primeros siempre... desinformando

Está bien ser un medio de prensa no oficialista (aunque lo haya sido en otros tiempos), nadie puede cuestionar que desde el papel se cuestionen las políticas de un gobierno. Lo que no se puede admitir es que se utilice el poder mediático para deformar la realidad y de ese modo desinformar a la población. Justo quienes se jactan de ser primeros en informar, esta vez fueron muy lejos abandonando el rigor periodístico para difundir una falsedad groseramente advertida hasta por el más desprevenido.


viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Y Pedro, dónde está?


Un padre empuña un arma para defender a su familia, la pone a resguardo en el piso superior de su finca ubicada en la zona  de Carrasco. Baja dispuesto a enfrentar a los delincuentes, escucha el grito de su esposa y vuelve sobre sus pasos; ve una sombra y dispara. La bala ya salió del arma, la sombra yace sobre el piso inerme y en la pared quedó el impacto del proyectil que le atravesó el pecho... a su hija.


martes, 29 de noviembre de 2011

Los puntos sobre las íes



En honor a la verdad haremos un resumen de tristes hechos acontecidos en los últimos días donde se perdieron vidas humanas. Pérdidas que quizás pudieron evitarse de haberse cumplido con lo que marca la ley. Los invito a razonar conmigo a este respecto.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Perdiendo el sentido... colectivo

Nos escandalizamos por un video colgado en internet en el que unos chicos uruguayos dan muerte a una perrita a palazos; casi al mismo tiempo, los noticieros pasaban el video de seguridad de un supermercado del centro de Montevideo, donde se aprecia la ejecución sumaria de una persona en manos de un delincuente. Tanta exhibición nos lleva a pensar en la pérdida del sentido colectivo cuando no se miden consecuencias y se aplica el todo vale por un punto de rating.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Contrapuntos de gestiones frenteamplistas


Días pasados, en nota publicada en el semanario Búsqueda, el ex ministro José Díaz cuestionó apreciaciones vertidas por el actual Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, acerca de los paradigmas aplicados en materia de seguridad desde la reinstalación democrática. El tenor de la nota parece ser de alto voltaje olvidando que, desde la actual administración, se defendió aquella gestión ante afirmaciones equivocadas que se oyeron decir a muchos. Particularmente, al hablar de la ley de “Modernización y humanización del sistema carcelario”, por citar un ejemplo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ni un poco de amor francés


Como solía decir mi viejo, “éramos pocos y parió la abuela!”. Si algo nos faltaba a los uruguayos era que el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, emitiera un lapidario juicio de valor sobre nuestra inmaculada forma de administrarnos y administrar la economía para con nosotros y los de afuera. Lo del título, a partir de ahora, NI UN POCO DE AMOR FRANCÉS.

lunes, 31 de octubre de 2011

El Colorado, una villa con patrullero propio

Una Comisión de Vecinos junto a empresas locales, se dieron el gusto del Patrullero propio. Se trata de la localidad de El Colorado en Canelones, donde fue entregado un móvil íntegramente costeado por los residentes de una preciosa zona de chacras y viñas, que últimamente se vio afectada por acciones delictivas que alteraron la tranquilidad lugareña, elevando la percepción de inseguridad entre los vecinos.
 

martes, 25 de octubre de 2011

Algo está cambiando en Uruguay... y es algo bueno



Pasó un fin de semana del patrimonio y no pasó desapercibido. Por lo menos no fue así para el suscrito que, como hago todos los años, salí a recorrer el acervo patrimonial que sumo a mi menguado caudal económico pero del cual -por suerte- no ejerzo administración alguna (de hacerlo ¡sería un desastre!).

sábado, 22 de octubre de 2011

Comunidad Educativa Segura: más allá del Liceo Bauzá


A pesar de los cuestionamientos realizados por la Directora del Liceo Bauzá, los datos son elocuentes en marcar el acierto de una nueva forma de gestionar la seguridad en el entorno de los centros educativos.

domingo, 16 de octubre de 2011

Taba visto! Esto pasa cada 200 años



Sin tiempo para disfrutar de los festejos citadinos por el bicentenario, (que nos llenaron el ojo y el orgullo a muchos), la semana se tiñó con los dichos del ex Presidente Vázquez ante una veintena de estudiantes. En tiempos del Twitter y Facebook, no se demoraron las críticas y, los acontecimientos, se precipitaron al ritmo vertiginoso de las comunicaciones del Siglo XXI.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Percepciones rioplatenses de (in)seguridad


Un fin de semana al otro lado del “río grande como mar” bastó para percibir en carne propia los aspectos que hacen a la sensación de inseguridad o seguridad que experimenta cualquier persona respecto a un entorno más o menos familiar. En este caso, la ajenidad del mismo fue suficiente para sentir esa rara sensación de sentirse menos seguro según las circunstancias o el lugar.


martes, 4 de octubre de 2011

Paros porque paras y paros porque no paras


Un paro de transporte más, (en tiempos que resisten cada vez menos medidas de ese tipo), se sumó a un paro de funcionarios públicos y a otro que se proyecta en la salud. ¿No será tiempo de aplicar otras medidas para reivindicar sus legítimos derechos sin afectar a otros trabajadores? En definitiva, son estos sufrientes quienes sostienen las economías de los que plantean las reivindicaciones.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Contracultura nacional

El rollo de papel ya describe su trayectoria por el aire cargado de gritos de bronca en la noche parquense. A escasos minutos del arranque del segundo tiempo, la historia la definiría un simple rollo de papel devenido en objeto contundente. El línea acusó el impactó y la noche se oscureció definitivamente para los “Gallardo’s” intereses bolsos. Paradójico: cuesta un montón de  tiempo y esfuerzo construir una identidad propia por la no violencia, pero alcanzan escasos segundos para destruirla. 


sábado, 17 de septiembre de 2011

Haras “El Cortijo”

Recibí la invitación
que me trajo hasta El Cortijo
y cuando Daniel me dijo
que hacían equitación
me agarró la tentación
de trotar por la internet.
Entré en su página web
y lo que más me atrapó
fue “la doma sin dolor”
les juro que me tenté…

viernes, 16 de septiembre de 2011

“Yo los defiendo”: entre el estigma y la hipocresía

 

Lanzada sin anuncio previo (a la espera de la reacción de la opinión pública y de los medios de difusión), esta campaña de comunicación alcanzó el pico de impacto esperado instalándose en la opinión pública de manera casi inmediata. Algo previsto y que lejos de menguar, potencia su finalidad concreta: derribar la estigmatización de los barrios de Montevideo, atribuida al accionar de la Policía.

viernes, 9 de septiembre de 2011

“Yo los defiendo”




Campaña del Ministerio del Interior por la no estigmatización de los barrios

Esta semana dio inicio una campaña masiva de publicidad a cargo del Ministerio del Interior. Con la frase “Yo los defiendo” como leit motiv, la imagen de un Policía refuerza la idea central de una publicidad que se acompaña con mensajes alusivos a los barrios que se quiere reivindicar.


lunes, 5 de septiembre de 2011

(In)Seguridad: cuando sos el problema y también la solución.



El domingo 28 de agosto en las afueras del Montevideo Shopping, se produjo un incidente en el que participaron varias decenas de jóvenes. El resultado fue trágico: un chico de 16 años perdió la vida víctima de un disparo de arma de fuego realizado por otro joven de 19 años.


miércoles, 31 de agosto de 2011

“Our Body”, mostrando el cuerpo… de otro


En el 6º nivel del estacionamiento del Montevideo Shopping se exhibe una muestra de cuerpos humanos reales, que fuera declarada de interés cultural y turístico (¿?) por el Estado uruguayo. (Our Body: el Universo Dentro)

La Senadora Mónica Xavier se adelantó a este perro comentarista pero bien vale ahondar en el tema pues además de los argumentos que utilizó la misma tengo otras razones que me llevan a desaprobar esta muestra itinerante.

martes, 16 de agosto de 2011

Juguemos en Uruguay, mientras las firmas no están... ¿las firmas están?


Tras la jornada de recolección de firmas del pasado sábado 30 de julio, a la que los impulsores de la iniciativa dieron en llamar “jornada del firmazo”, sigue cuestionada la cifra total de adhesiones a la misma.

Contrariamente a lo que podría imaginarse, no es desde filas de gobierno que se la cuestiona sino desde la propia interna blanca que relativiza la información a partir de versiones encontradas aportadas por los propios integrantes del movimiento.

lunes, 8 de agosto de 2011

Bayce y sus crónicas de Narnia

El sociólogo Rafael Bayce realizó una crítica que no compartimos en su última nota publicada en la revista Caras y Caretas; nobleza obliga una respuesta en lo que entendemos una grosera falta de información o una visión equivocada de la realidad.

La academia es una y otra vez, (auto)convocada para dar cátedra en materia de seguridad, y lo hace desde una altura que le está impidiendo ver convenientemente la realidad. Solo así pueden explicarse algunas concepciones vertidas por quienes opinan sobre el tema sin llegar nunca a “embarrarse” lo suficiente como para tener –además de opinión- experiencia en la materia.

Crónica roja: Editorialmente incorrecto

Días pasados el matutino El País, afecto a los editoriales “talenteros”, salió al cruce del Presidente Mujica sobre sus dichos acerca de la gestión de la publicidad oficial, molesto por la repercusión que hacen los medios de prensa sobre los hechos que nutren la crónica roja. Ni bien Mujica salió con ese pensamiento en voz alta -un intento por llamar a reflexión a los medios para que pusieran pienso en otra forma de periodismo que nutra en valores y no que resalte los hechos que más atormentan a la población- salió la medidora de medios Foco a echar por tierra los dichos del Presidente.

viernes, 29 de julio de 2011

¿Tienes un “imei”?


El Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad difundió por estos días las cifras de delitos correspondientes al primer semestre del año en curso. De lo medular de las estadísticas surge que se ha producido un incremento de los delitos en general, y en particular en los que más atormentan a los uruguayos, como las rapiñas. Pero lo que se destaca también es que si bien se produjo un incremento respecto al mismo período del año pasado, el crecimiento es sustantivamente inferior a como crecieron en igual período del año anterior (entonces el crecimiento había sido del 24,5%), lo cual significa –en una apreciación primaria pero significativa- una marcada desaceleración en el crecimiento de ese delito.

sábado, 23 de julio de 2011

La Mesa (Local) está servida


Eran las seis y media pasadas de una tarde que se iba poniendo gélida a pesar del sol que la estuvo templando todo el día. Los vecinos esperaban con cierta ansiedad la presencia de una autoridad del gobierno, la primera que los visitaba en toda la historia de ese barrio.

sábado, 16 de julio de 2011

Ellos, los opositores


Ellos se juntan, ellos se preocupan (¿?), ellos piden cámaras, ellos hablan mucho pero hacen poco. Ellos son la oposición política uruguaya.

Durante mucho tiempo fuimos nosotros quienes ocupamos ese lugar, nos decían que poníamos palos en la rueda e impedíamos el desarrollo del país productivo que luego promovimos. Nosotros fuimos una oposición permanente que durante mucho tiempo buscó no ser solo un palo en la rueda sino una pertinaz llovizna de opinión que buscaba convencer a la sociedad que el camino era otro y no el que nos querían vender ellos (los de hoy).

Los hechos hablan por sí solos. Nosotros tenemos la firme convicción que si ellos estuvieran hoy en el lugar de nosotros, seguramente los números que hoy disfrutamos todos no fueran los que son y la torta no se hubiera repartido como la hacemos nosotros (que es mucho mejor a como la repartían ellos, por más que falte mejorar en el reparto).

Muertes bajo cero

Bajando de la “nube de flatulencias”...

Publicado en La ONDA digital

Seis infames muertes (se sumó otra ocurrida en el interior del país), debieron ocurrir para que finalmente los responsables de dar contención y solución al tema actuaran. Y debió hacerse con el reto presidencial previo que echó a andar el andamiaje burocrático que el sentido común debió disparar hace meses. Sin embargo, es imposible deshacer lo trágico de seis muertes que pudieron evitarse.

Personalmente soy de los que se indignan con la sola presencia de personas viviendo a la intemperie, no porque me invada un prurito de no admitir la pobreza por su sola existencia sino porque me resulta indignante que, teniendo herramientas sociales previstas y presupuestadas para evitar esas situaciones, se dilaten las soluciones por cuestiones ideológicas que debieran quedar en segundo plano cuando de la vida humana se trata.

miércoles, 6 de julio de 2011

La solidaridad es la solución

“La solidaridad es la solución”
                                  Insp. Mayor José Luis Rondán
                                   (Jefe del operativo policial en Cerro Norte – 30/6/11)



Han pasado ya casi cuatro meses desde que el Ministerio del Interior dispuso cambiar la operativa policial y dar frontal lucha a la delincuencia, poniendo en práctica los mediáticamente llamados “megaoperativos” policiales (el nombre técnico que la Policía da a los mismos es el de “operativos de saturación policial”).

En aquellas zonas en las que campeaba el delito, y en las que quienes estaban al margen de la ley obraban con total impunidad, se comenzó una modalidad de saturación policial que era precedida por un trabajo previo de información e inteligencia. Respondiendo a información georeferencial que revela las zonas de mayor índice delictivo, se coordina con el Poder Judicial para gestionar las órdenes de allanamiento que acompañan cada operativo. Primer elemento que los distingue claramente de las razzias con las que se pretendió comparar estos procedimientos.

Seguramente en los primeros fueron sugestivamente altas las detenciones ocurridas las que respondieron en su casi totalidad a la resistencia que generó la presencia policial en dichos lugares en los que dominaba ampliamente quien estaba por fuera de la ley. Aquellos vecinos que sufrían las consecuencias de la delincuencia manifestaron desde el primer operativo su satisfacción por la acción realizada. Vecinos trabajadores que eran víctimas de aquellos a quienes no les gusta este tipo de intervención de la autoridad.

Transcurridos varios meses desde aquel 7 de abril en Chacarita de los Padres hasta este presente de inicios de julio, se han operado cambios que merecen considerarse.
La opinión pública –más allá de sensaciones térmicas- expresa su amplio apoyo a la iniciativa con guarismos que llegaron a difundirse en cifras de un 81% (que seguramente es mayor hoy). Ello no quiere decir que sea esta la solución ni mucho menos, pero para llegar a resultados diferentes había que hacer cosas diferentes.

Se criticó el carácter mediático que tuvieron los operativos, negando la posibilidad de entender la difusión de los mismos con un doble efecto: disuadir la ocurrencia de hechos delictivos en una clara actitud preventiva, y brindar transparencia a procedimientos policiales que tendrían a los medios de prensa controlando su accionar y otorgando espacios a la población para que se expresara acerca de los mismos.

Estuvimos en varios, nadie nos contó lo que escribimos, lo vivimos. Una amplísima mayoría de ciudadanos se muestran satisfechos por la acción policial, hartos de padecer la impunidad y deseosos de recuperar la tranquilidad perdida en sus barrios.

No reconocer la realidad era el principal escollo a vencer, alejar los prejuicios y admitir que para cambiar la realidad era necesario reconocerla primero y actuar después. Al país le va mejor en muchos aspectos y por tanto no hay más excusas para que quienes viven al margen de la ley aprovechen la ocasión de incluirse. Opciones y oportunidades están vigentes en un gobierno progresista que inició con Tabaré y se continúa con Pepe.

Seguramente hoy la percepción es otra y aunque quedan coletazos de resistencia en la propia izquierda, son cada vez menos los que desconfían de las acciones emprendidas. Y si queda alguno, es tarea militante y muy nuestra (principalmente de quienes compartimos el día a día del trabajo del gobierno), informar a los compañeros y vecinos para vencer todo prejuicio al respecto.

Ya no hay tiempo para excusas, nos debemos la tarea de informar el trabajo y los objetivos de un proyecto a largo plazo que nos devolverá –sin lugar a duda alguna- la confianza y la tranquilidad perdida. Pero no basta con sumar solo exigencias, hacen falta voluntades que acompañen.

En el último operativo de saturación policial en Cerro Norte, se invitó a la prensa a conocer desde el inicio la realización de los mismos. Accedieron por invitación del propio Ministerio con el objetivo cierto que se formaran opinión y pudieran discernir por sí mismos acerca de la naturaleza y alcance de la acción de la Policía Nacional en estas acciones (y del Ministerio como autoridad política).

En ese operativo, comandó el Comisario José Luis Rondán, quien compartió conceptos con los periodistas mientras alternaba con la dirección del operativo. En uno de los tantos momentos que pudimos escucharlo acertó a definir –en su opinión- por donde pasa la solución que nos preocupa a los uruguayos. “Nos falta más solidaridad” –dijo- y lo compartimos plenamente. La solución no vendrá impuesta ni se dará en solitario desde la autoridad política o policial. La verdadera solución debe construirse entre todos con participación ciudadana, sin la misma es una utopía inalcanzable.

Un ejemplo bastó para resumir sus dichos: “en esta zona, días pasados, se frustró una rapiña a un taximetrista... los vecinos comenzaron a prender las luces de sus casas y los delincuentes terminaron huyendo y el taxista salvó la situación. Eso fue posible por la acción conjunta de los vecinos que solidariamente actuaron...” dijo.

Hoy la prensa reseña con menos espectacularidad las acciones; los vecinos –en su gran mayoría- apoyan, otros reclaman más presencia en horarios de la noche. La delincuencia está rodeada y lo sabe. Se acabó la impunidad (en toda la acepción de la palabra) justo en momentos que el Presidente revocó los actos que ampararon gobiernos anteriores en la Ley de Caducidad.

Hoy no puede decirse que los operativos estigmatizan zonas, como todavía sostienen algunos. Es un deber nuestro explicarle -a quien así piensa- para que conozca el verdadero sentido de incursiones pensadas para la inmensa mayoría de vecinos que deben soportar agresiones o privaciones por quienes verdaderamente estigmatizan esas zonas: los delincuentes.

El Estado debe recuperar espacios y esa es la etapa que debe completar el trabajo iniciado. Decir esto no es criticar ausencias sino reconocer que hay que profundizar la presencia del mismo en los espacios que se perdieron o cedieron. Esa acción abonará en la construcción de esa solidaridad de la que habló aquel Policía que nos habló de ella una mañana de invierno en el Cerro.


el hombre se juntó con el vecino,
el perro, con la perrada...

Orientales tan ilustrados como ¿delincuentes?


Quizás alguno se escandalice por el título que elegimos para esta nota pero seguramente compartan el mismo cuando lean lo que me sugirió una nota del semanario Búsqueda de esta semana, que comenta lo que invierte el Estado para mantener a un joven privado de libertad y lo que se invierte en educación para el mismo joven.

La diferencia es abismal no solo por el monto, sino por el tiempo en que ese monto se consume o invierte. Según el periodista, (Guillermo Draper), se invierte en la privación de libertad de un menor la misma cantidad que el Estado destina a la educación en todo un año lectivo de un alumno de Primaria o Secundaria. Ese punto inspiró esta nota, pues resulta llamativo (y paradójico al mismo tiempo), que la frase que todos reconocemos y que se atribuye al prócer oriental, no se corresponda en estos tiempos.

A estar por estos datos algo estamos haciendo mal.

O bien se invierte muy poco en la educación (lo cual nos parece raro en un gobierno que aumentó el presupuesto llevándolo al 4,5 % del PIB y que atado al crecimiento del mismo aumenta proporcionalmente también), o bien se invierte demasiado y mal en la privación de libertad a los jóvenes infractores, si nos atenemos a las estadísticas frías de la participación de menores en delitos.

Cabe consignar que no es una lectura lineal la más recomendable y hay que hilar fino para poder acertar al momento de emitir un juicio que se aproxime a la realidad de la información. La inversión en el caso de los menores privados de libertad puede corresponder a datos que incluyan obras y ello incida en el resultado. Lo cual podrá variar sustancialmente una vez que esos costos no se consideren al tiempo de cerrar las cuentas. Sin embargo, aún con esa salvedad, la comparación rechina.

Cualquiera de los dos aspectos pueden ser ciertos: invertimos mal en educación (los últimos resultados internacionales nos hicieron un llamado de atención importante que hay que atender), e invertimos mal en la privación de libertad de los jóvenes infractores (que se fugan, reinciden y se vuelven a fugar).

En rigor a la verdad- justicia es decirlo- los niveles de fugas han descendido pero sin llegar al cero que todos aspiramos. No ya por la privación lisa y llana de quien siendo menor ha cometido alguna infracción o delito, sino porque con ella aspiramos que se efectivicen los procesos de rehabilitación que no se aplican por efecto de las fugas.

Seguramente haya que invertir la gráfica de manera urgente, una mayor inversión en educación asegura un mejor futuro para los jóvenes y restringe las posibilidades de que esos jóvenes incurran en el delito como forma de realizarse en la vida. También es cierto que “los derechos de niños, niñas y adolescentes deben ser defendidos y recetados como un valor superior que no puede ser mensurado en términos económicos”, al decir de los firmantes de la Comisión Nacional No a la Baja de Edad de Imputabilidad, que integran partidos políticos y organizaciones sociales. Pero no alcanza con decirlo, debemos actuar de inmediato para que sea posible una regresión de las cifras que involucran a menores en delitos (en lo que a delitos violentos refiere es un dato cierto una participación que supera la mitad de los mismos, 53% según las últimas cifras divulgadas por el Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior). Pero –y es lo que más nos preocupa- es imperioso marcar una regresión a tiempos pretéritos en lo que a educación se refiere, para que el Uruguay vuelva a lucirse y seamos ilustrados nuevamente en niveles que supimos ostentar (y más aún).

No me sumo –ni por asomo- a una campaña oportunista como la que llevan adelante los impulsores del referéndum por bajar la edad de imputabilidad. Ese es el camino más corto (aunque, si cuaja, verá la luz en el 2014) y menos efectivo. Prefiero el camino largo, un camino que se prolongue en el tiempo a la vez que opera el cambio cultural que necesitamos para recuperar los niveles de seguridad perdidos. No es bajando la edad que obtendremos menos delincuencia, hacerlo solo nos garantiza que tendremos delincuentes más jóvenes (niños), abunda la experiencia internacional al respecto.

La educación es la vacuna, el único remedio posible y tangible que nos dará efectos duraderos. También es la opción más barata, por lejos. Y ello porque no se mide en términos económicos solamente, se mide en desarrollo personal de cada individuo beneficiado por la misma y que se vuelca luego –de modo inexorable- al país. Pero no se trata de una bolsa rota a la cual verter recursos, hay que hacerlo con criterio y visión a largo plazo. Esa media nos devolverá beneficios para todos, principalmente para esa franja de sociedad que queremos sean motor de un país en desarrollo y a quienes no queremos ver detrás de rejas.

El país requiere de esos ilustrados y valientes orientales, los hechos marcan un tiempo inmejorable para recuperar la magna frase.

Depende de nosotros saber aprovecharlo.


 el hombre no firmó,
el perro gruñía al señor de rojo 

lunes, 20 de junio de 2011

Hay Patria para todos (y para rato)


Publicado en La ONDA digital

El país registra nuevamente un crecimiento contra todo pronóstico de los que presagiaban que se terminaba el “veranillo” económico que nos tiene con el viento en la camiseta desde hace tiempo. Y precisamente en tiempos de crecimiento económico es lógico pensar que la redistribución de la riqueza (y lo que de ella deriva como consecuencia) se haga con un poco más de justicia.

Tampoco es cuestión de recargar a quien más tiene por puro capricho, sino tan solo es pedirle que sacrifique un poco de su ganancia (si hilamos fino al fin de cuenta es también plus valía), para que esa porción sacrificada sirva para recuperar lo que su crecimiento económico provocó. En otras palabras: hacerse cargo -sino en todo por lo menos en parte- de ese costo de infraestructura que se deterioró por el incremento de su actividad productiva. Una especie de círculo vicioso (que tiene más de virtud que de vicio), que nos da ingresos pero también rompe rutas y caminos.

Es lógico que si mi actividad comercial me significa un crecimiento exponencial, acompañe con ese crecimiento económico mi responsabilidad por cuanto debo hacerme cargo de esa parte de infraestructura que mi actividad necesita, utiliza y desgasta. Ello, por supuesto, al caudal del propio uso que le doy con mi trabajo productivo.

Es una consecuencia lógica que cualquier gravamen que se pretenda impulsar tendrá resistencia, pero este particularmente debe ser el que más se acerca a un pensamiento de izquierda. La concentración de tierras así como de la riqueza debe tener su contrapeso en los impuestos de modo de hacer realidad la regla tan usada de que “pague más el que más tiene o el que más gana”.

Se podrán esgrimir mil excusas y otras tantas razones para tratar de impedir que cuaje, pero la mayoría es conteste en aceptar como justo este gravamen. Una mayoría legitimada por ser contribuyente de peso en la generación del presupuesto nacional como trabajadores que aportan cada mes su IRPF, por ejemplo.

Se manejan variantes, e incluso -quienes serían los afectados por este impuesto- han barajado la idea de generar un mecanismo que permita que el dinero que se recaude se destine directamente a los fines propuestos (¿a cuáles si no?), y no que sean vertidos a Rentas Generales. Eso, que puede parecer una medida garantista para los que pagan el tributo, también puede resultar poco si los que eso pretenden piensan que, agotadas las obras, se termina el gravamen. El mantenimiento de una obra requiere un trabajo persistente y continuo, por lo que pensar costos fijos es un error.

Por otra parte, es mezquino pensar en retacearle recursos a un Estado que ha propiciado las condiciones para su crecimiento. Si hoy cuentan con un excelente grado de desarrollo es porque el gobierno propició un marco regulatorio que favoreció la inversión de la cual hoy disfrutan. No parece justo pensar en solo disfrutar de los beneficios y no hacerse cargo de los costos que ese beneficio genera.

Particularmente es notorio ver el deterioro de ciertas rutas donde el tránsito pesado ha generado verdaderas canaletas en el asfalto, originando peligrosos desniveles de los que este tipo de gravamen bien puede hacerse cargo para su reparación. Ni hablar de la caminería rural que también padece esas consecuencias.

Entonces, si quienes deben soportar este impuesto han sido los más beneficiados por la bonanza económica, ¿por qué se resisten? Un poco de solidaridad contributiva no les vendrá nada mal, y permitirá ser más iguales en la desigualdad, a los orientales.

En estos días se han hecho anuncios alentadores sobre el país que se viene. Yacimientos de petróleo son casi una realidad; reservorio de gas -mayor al de Bolivia- se anuncian en nuestro territorio; uranio; carbón; en fin, riquezas naturales de las que siempre pensamos eran de otros lugares, se denuncian uruguayas. Casi una confirmación de lo impensable -por mucho tiempo- acerca del salto que había hecho la naturaleza cuando nos marcó un lugar para vivir.

El futuro recién empieza, y si es con más justicia social y tributaria, mucho mejor. Hay (y habrá) Patria para todos... y para rato.





el hombre ya se sentía un Jeque,
mientras el perro le meaba las alpargatas...

*Columnista uruguayo
LA ONDA® DIGITAL

viernes, 17 de junio de 2011

El Sur (de nuevo) existe

 Publicado en La ONDA digital

¿Quien no registra el famoso cuadro de Joaquín Torres García conocido como el mapa invertido de América del Sur? Ninguna obra pictórica resume tan gráficamente la idea de un norte al que se toma como referencia, y por el que el artista se sintió inspirado a invertir el mapa para realzar la idea de que el sur también existe.

Y por si fuera poco, un pequeño rincón de ese sur -que puja por hacerse ver y sentir- marca la agenda en forma hazañosa. Seguramente resulte inexplicable al concierto internacional, no ya nuestra existencia, sino la relevancia que tienen nuestras humildes acciones llevadas adelante por no menos humildes protagonistas (actitud que los dimensiona plenamente).

Ese norte anhelado dejó de ser tal para miles de compatriotas que aprontan las valijas apurando el retorno. Un regreso para el que aún no estamos preparados pero que tienta y acelera los tiempos para estarlo cuanto antes, pues quien se fue con esperanzas e ilusiones puestas en otros horizontes que hoy padecen crisis, piensa en el regreso a este (otro) país que felizmente estamos construyendo.

No es casualidad tanta buenaventura acumulada. A la suerte había que saber ayudarla, y ya no se trata de pura fortuna sino de deberes cumplidos con responsabilidad y seriedad. Esos atributos que generan confianza para que el Mundo nos tenga como referentes a la hora de elegir donde invertir. No es menor que hoy se cite a Uruguay por su ejemplar comportamiento a la hora de enfrentar la crisis europea (de la que no se salvó nadie en este sur devenido en norte, salvo nosotros que lejos de padecer sus efectos, crecimos).

Hoy la oposición concentra sus baterías en aludir a los desencuentros del equipo de gobierno. Como si los uruguayos no recordáramos pasadas situaciones vividas en tiempos que ellos gobernaban. Detrás de esa andanada de argumentos contrarios se esconde una intención manifiesta de aprovechar este momento porque se acaba. Son conscientes que si el gobierno de Tabaré realizó grandes cambios estructurales, este gobierno de Mujica será la continuación y reafirmación de ese rumbo. Los efectos se están disfrutando y lo poco o mucho que queda por resolver, será cuestión de poco tiempo más. Estamos seguros de eso pues hay proyecto y trabajo puesto en los problemas que más aquejan hoy a los uruguayos (por lo pronto en lo que a seguridad refiere no tenemos dudas).

El tiempo de criticar es ahora porque saben (lo presienten), que en poco tiempo más los resultados hablarán por sí solos.

Este sur mutado en norte recoge los frutos de una siembra que lleva seis años de continua mejoría. La economía -en una sociedad donde el capital y el mercado son motores-debe ser el instrumento que permita el pleno desarrollo de la sociedad. El estado de bienestar y crecimiento es el nicho donde invertir esos frutos. Y ese círculo virtuoso generará más desarrollo aumentando el potencial de las nuevas generaciones.

Los beneficios serán inevitables y algunos de ellos los estamos disfrutando. No es por casualidad que se registre un récord histórico de desempleo; no es casual el volumen de inversiones que recalan en este lugar del mapa; la tremenda actividad portuaria marca índices desconocidos, por citar tan solo algunos casos.

Hasta en el deporte más popular se reflejan los resultados. Señal inequívoca de que vamos por buen camino. Uruguay mereció un más que disfrutable cuarto puesto mundial y va por consolidar el prestigio obtenido en buena ley. Los juveniles futbolistas uruguayos se clasifican a todos los mundiales; Peñarol se mide por ser el mejor de América. Parece inevitable convencernos de que somos el norte para muchos que hoy están al sur del mapa de Torres García.

Queda mucho por mejorar, es cierto. La educación tiene un debe que necesita reformular para volver a ser lo que antes fue para orgullo de los orientales. La vivienda -ese otro gran desafío para este gobierno- tiene su apuesta en el Plan Juntos, y tenemos que promoverlo. La seguridad completa y encabeza esta terna, pero en este tema estamos convencidos que pronto se verán resultados que sepultarán definitivamente toda crítica.

El tiempo de criticar es ahora, y lo saben...

el hombre no precisaba brújula,
el perro tampoco

* Columnista uruguayo
LA ONDA® DIGITAL

sábado, 11 de junio de 2011

Noche de furia y molotov

 Publicado en La ONDA digital

Martes 31 de mayo, sobre las siete y pico de la tarde llega la manifestación convocada por varios colectivos sociales en contra de los operativos policiales de saturación que se empeñan en denunciar como razzias. Entre ellos -además de Plenaria Memoria y Justicia- se sumaron integrantes del sindicato del taxi (SUATT).

Particularmente estos últimos convocantes desconciertan ya que son algunos (si no los primeros), que dejan de entrar en los lugares donde la Policía ha realizado acciones en procura de devolver la tranquilidad y seguridad dejada en manos de los delincuentes. Esa actitud desafiante y contraria a este tipo de acciones que por un lado se reclaman y por el otro se rechazan, deja espacio al desconcierto e incertidumbre acerca de la razón de los reclamos.

Cada vez que un trabajador del taxi es víctima de acciones violentas (algunas con resultados trágicos), se recurre al reclamo y la protesta en procura de acciones policiales. Sin embargo, cuando ocurren estas acciones -buscando recuperar el orden y la tranquilidad perdida- se vuelcan al rechazo y la protesta, desconociendo toda explicación y sumando su voz al reclamo fácil y destemplado de quienes no quieren que cambie nada: la propia delincuencia.

Hasta el cansancio se ha explicado y argumentado sobre los operativos policiales, que se han ido perfeccionando con criterio selectivo y amigable, ya que el objetivo principal es facilitar el ingreso y permanencia del Estado en los lugares que habían sido apropiados por los delincuentes. Hablar de razzias y con ello incitar al desconocimiento de la autoridad, es un paso temerario que se agrava con los hechos de violencia ocurridos recientemente.

En un Estado de Derecho, todo ciudadano tiene derecho a manifestarse libremente siempre y cuando con ello no vulnere la libertad de otros o afecte la seguridad pública. Algo tan elemental que no merecería siquiera referirse en tiempos de consolidación democrática con alternancia de los tres partidos políticos mayoritarios en el poder. No obstante lo cual, quien se manifiesta con el rostro oculto y porta elementos combustibles para alterar el orden y provocar daños, demuestra una actitud contraria a los valores democráticos que son base de nuestro sistema.
Con las acciones de protesta violenta deslegitimaron sus reclamos, con el agravante de configurar una conducta delictiva que puso en riesgo la seguridad pública hasta de los propios concurrentes a la convocatoria.

Por otra parte si algo no puede decirse de esta administración es que haya pecado de soberbia, sino todo lo contrario. Se ha recibido a cuanto colectivo o individuo solicitó entrevista para hacer conocer sus reclamos. Por el despacho del propio Ministro Bonomi y/o de sus asesores han desfilado sindicatos, familiares de víctimas del delito, dirigentes deportivos, referentes de hinchadas, por citar algunos. Buscar un cambio de rumbo mediante amenazas o reclamos violentos no son de recibo ni necesarios, salvo para quienes no buscan soluciones sino protagonismo a través de los mismos.

El motivo de la marcha eran los operativos policiales de saturación o “mega operativos” como los bautizó la prensa. Todavía es demasiado pronto para medir una tendencia, pero los datos recogidos y monitoreados día a día nos indican una disminución, (tímida pero sostenida), de los índices delictivos a partir de estas operaciones. En tiempos en que el país registra índices económicos históricos, no hay excusas para la exclusión social.

En cuanto al objeto del reclamo de esta manifestación, no hay retorno posible. Los procesos incipientes denunciados deben ser sofocados ahora que es viable hacerlo sin mayores traumas. Pero ello no será al margen de la ley, sino con total apego a las garantías constitucionales que protegen los derechos de todos los ciudadanos y que se aplican en estas acciones. Si algún exceso ocurre, están los mecanismos legales para proteger los derechos violentados y no tengan dudas que no habrá omisiones al momento de investigarlos. Sobradas pruebas da y seguirá dando este Ministerio acerca de controlarse a sí mismo (Asuntos Internos es quien inicia y deriva a la Justicia, la mayoría de las denuncias sobre irregularidades en las que participa un funcionario policial).

Hoy es la incoherencia la que nutre a estos colectivos. Al no obtener las respuestas que esperaban (en todo momento hubo una postura pasiva de la policía), tomaron la iniciativa con actitudes violentas. Primero derribaron un vallado, preventivamente puesto para evitar lo que acertadamente había previsto la autoridad política; luego las piedras y los cócteles incendiarios que dejaron estelas encendidas en plena calle Mercedes. Si hubieran llegado hasta la puerta misma del Ministerio del Interior, el resultado hubiera sido nefasto para la imagen institucional. Con los hechos ocurridos demostraron su objetivo. También es justo decir que seguramente muchos de quienes asistieron y presenciaron esa actitud no los acompañen más. Sabemos que hubo gente convocada para una manifestación y no para lanzar molotov o piedras.

Una noche de furia incomprensible. La actitud disuasiva de la Policía fue la razón de no lamentar mayores daños. Contrariamente a lo que informó alguna prensa (dos medios escritos particularmente), la Policía no utilizó gases lacrimógenos, sin embargo la tristeza de los actos pudo hacer llorar a algún despistado y ello motivó las alusiones. El único gas que se vio fue el de un extintor que utilizó el bombero que apagó los derrames incendiados de dos molotov que estallaron por la calle Mercedes.

La calma volvió en escasos minutos, tan escasos como el tiempo que duró la llama encendida de las irracionales incendiarias que estallaron ese día.


el hombre no se subió al taxi,
el perro sabía que aquello era su forma de protesta


*Comunicador uruguayo
LA ONDA® DIGITAL

lunes, 30 de mayo de 2011

Razzias eran las de antes...

Publicado en LA ONDA® DIGITAL


Todavía persiste algún sector de la prensa, (cada vez más reducido y en retirada), en querer calificar a los operativos de saturación policiales como razzias. Seguramente intentan con ello desprestigiar una gestión que pretende -con su trabajo- devolver lo que los uruguayos hemos perdido por décadas de abandono y que hoy ocupa el primer lugar entre las prioridades de cada ciudadano: la seguridad.

Una reciente reseña latinoamericana (Activa Research), nos ubica en el primer lugar del concierto latinoamericano en lo que a sensación de inseguridad refiere. Un dato que hay que saber interpretar pues difiere con la realidad objetiva, por cuanto muchos de los que dicen sentirse inseguros no han padecido eventos, (y quizás nunca los padezcan), pero se suman al sentimiento colectivo. Una especie de contagio que se nutre de imágenes y realidades de otros, la mayoría de las veces.

No obstante ello no negamos que los uruguayos estamos viviendo un deterioro social que tiene su veta violenta que apreciamos en la crónica roja de los noticieros. Un deterioro que no está por generación espontánea ni mucho menos. Sin embargo, tras padecer los desastres de administraciones que nos sumieron en crisis tras crisis y de las que siempre se emparejó para abajo, (sufriendo también las políticas sociales que, o dejaron de aplicarse o recortaron sus recursos en función de la mentada crisis de otrora), fue el gobierno de izquierda el que comenzó el largo camino de regreso a lo que alguna vez fuimos. Las políticas sociales tuvieron en el primer gobierno un empuje sustancial que en este segundo se continúan y profundizan, a sabiendas que los años perdidos no se recuperan de un día para otro ni de un gobierno para otro. Décadas de deterioro social llevarán años para revertirlas, pero el camino se hace andando y en eso estamos hace seis años.

También es cierto que para obtener resultados diferentes hay que hacer cosas distintas, haciendo lo mismo de siempre no se consiguen otros resultados. Entonces, ¿por qué la crítica a lo que ha comenzado a aplicar el Ministerio del Interior con estos operativos? ¿Es tan difícil advertir que el objetivo es erradicar la delincuencia y no vulnerar derechos civiles de nadie y mucho menos de las clases menos privilegiadas?

Se ha explicado hasta el hartazgo que los operativos policiales se basan en las órdenes de allanamiento que expide el Poder Judicial y es en base a esas acciones coordinadas con el Poder Judicial (del que la Policía es su auxiliar), que se desarrollan los mismos. Claro que no será nunca igual un operativo que otro (aunque parezcan similares), y ello por varias razones. La primera (que seguramente irá menguando con el tiempo), es que los lugares más problemáticos reciben a la Policía con agresividad lo cual obliga a un despliegue masivo de fuerzas que le dan la espectacularidad que critican quienes rechazan las medidas. Aquellos lugares en que no hay resistencia a la acción policial no requieren de la masiva presencia de efectivos. Esa es la principal razón del número y del despliegue que a algunos molesta.

Por otra parte, también es cierto que a medida que se suman estas acciones, la Policía adquiere mayor experiencia y corrige los errores que puede cometer en los despliegues y gana efectividad con cada acción. La población -cada vez en mayor número- aprueba este accionar y reconoce los efectos mediatos e inmediatos del accionar policial que se condice con una desaceleración en la producción de eventos delictivos que comienza a apreciarse en los datos estadísticos.

Se criticó también que solo se realizaban en los barrios más humildes, lo cual se demostró equivocado cuando se hicieron operaciones en Pocitos, La Unión y Punta Carretas, que no serán los únicos que demostrarán que no hay fronteras para combatir el delito en todo el territorio nacional. La diferencia está en que según el lugar, se instrumenta la operativa.

A tal punto se va evolucionando en los operativos que incluso se ha contado con la presencia de magistrados que han presenciado el desarrollo de las acciones como ocurrió en Las Piedras, recientemente. Asimismo la tecnología -que con la ejecución del presupuesto se adquirió y comienza a aplicarse- acompaña las acciones mejorando los niveles de actuación (detectores de metales, sistemas de reconocimiento dactilar).

También se cuida mucho desde la Secretaría de Estado que estas acciones no se hagan a espaldas de la opinión pública. Por ello, y salvando la más elemental reserva que proteja la efectividad operativa de una acción judicial en proceso, una vez asegurada la zona y preservada esa instancia, se comunica a los medios de prensa con una doble intención: la primera, que sean testigos de la acción policial y al mismo tiempo, garantes de los derechos de los ciudadanos que son circunstanciales protagonistas; y la segunda, de carácter interno, generando la sensación de compartir la operativa bajo un estricto control que se documenta en imágenes (lo cual también oficia de garantía para quien aplica correctamente los procedimientos establecidos).

Así y todo se las califica de razzias y con lo que hemos expuesto difiere notoriamente con aquella práctica de salir a realizar redadas indiscriminadamente para cumplir la cuota establecida, sin dar explicación alguna de las detenciones. Bastaba con estar en el lugar por donde pasaba el ómnibus o la “chanchita”, para ser uno más para la cuenta de ese día.

Como nos pasó aquel día en que al Gordo Guillermo no se lo pudieron llevar...

El Gordo había salido con nosotros esa noche de invierno a caminar por 8 de Octubre. En las maquinitas se daba la movida nocturna por entonces y nos encontró enfrascados en la lucha por derrotar naves espaciales enemigas cuando escuchamos una frenada y, todos contra la pared. Una camioneta paró frente al salón; alguno que se quiso escapar terminó de una en el interior del vehículo sin pedirle siquiera los documentos. La camioneta se fue llenando con los que aquella noche estábamos allí y el Gordo Guillermo quedó para el final. Cuando le tocó el turno, el que estaba al frente del operativo intentó subirlo pero la capacidad colmada de la camioneta hacía imposible hacerlo. El Gordo ponía empeño y esfuerzo por entrar pero, ni ahí. El encargado empujaba sin éxito, el Gordo excedía toda posibilidad de embarque. Finalmente, lo dejaron ir, no sin antes escuchar al Gordo decir: “pero si hacen un lugarcito entro”... con lo cual todos nos miramos y no entendíamos como el Gordo no se iba y quería acompañar a la barra aún a riesgo de pasar la noche en una comisaría.

Está dicho, razzias eran las de antes...

el hombre brindó por el Gordo Guillermo,
el perro, porque ya no anda la perrera...

*Columnista uruguayo

sábado, 28 de mayo de 2011

¿Habrá tiempo para un gesto de grandeza?


Publicado en La ONDA digital

Difícil para Sagitario...

Se cierra un capítulo que se llevó ríos de tinta y horas de discusiones estériles. Finalmente el diputado estrella del momento (ya nadie se acuerda del Senador Saravia), no dio su voto para que se anulara la “caducidad de la pretensión punitiva del Estado”.

Un sentimiento de extraña y amarga ambigüedad me invade. Por un lado tengo la convicción que el Frente Amplio cometía un error histórico al no atender la voluntad soberana expresada en dos ocasiones sobre el tema y, por otro lado, desconocer al soberano interno de una fuerza política me lleva a pensar que poco o ningún espacio le queda al disidente, pues de lo contrario sería el fin de la estructura partidaria (si no se resuelve nada al respecto acerca de la conducta del mismo).

Esa ambigüedad es tal que significó un nudo difícil de desatar para quienes intentamos tener una opinión en el tema pero nos enfrentamos ante situaciones de este tipo que plantean encrucijadas que jamás debieron permitirse, pero finalmente ocurrieron. Seguramente sea un efecto extraño y colateral del anunciado fin del mundo que en momentos de escribir esta nota tardía (hoy es sábado 21 de mayo, y debí entregar mi nota el viernes), me está afectando.

Una ambigüedad que seguramente también invadió a los legisladores que no esperaban encontrarse en esta situación de tener que votar por mandato de un plenario, a sabiendas, (muchos de ellos), que estaban sepultando la herramienta de la consulta popular tan cara a los frenteamplistas.

Pero hoy el tema es cosa juzgada. Se ensayan otras vías para llegar a lo que se pretendía que es eliminar la impunidad de nuestro ordenamiento jurídico, pero debe entenderse que el soberano ya laudó -no una sino dos veces- ese tema, mal que nos pese. Por otra parte soy de los que no deja de reconocer que la impunidad -a pesar de la vigencia de la caducidad- está menguada, de lo contrario no estarían presos quienes habitan la cárcel de Domingo Arena. Eso que no se quiere reconocer es obra y gracia exclusivamente de nuestro gobierno que desde el año 2005 con Tabaré y ahora con Pepe, aplican la ley de marras habilitando las investigaciones que no hicieron Sanguineti, Lacalle ni Batlle (aunque este último tenga el mérito de la Comisión para la Paz, no habilitó la investigación del caso Gelman por citar uno emblemático).

El camino debe ser la anulación -por Decreto- de aquellos actos del Ejecutivo que impidió las investigaciones antes que la prescripción se cumpla, y es un camino que el Presidente Mujica está dispuesto a transitar como ya lo demostró recientemente.

Sin embargo queda aún un camino que no se ha transitado por quienes tienen una deuda enorme con la sociedad uruguaya. Es el gesto que le falta reclamar a Mujica de quienes han tenido del primer mandatario innumerables gestos de reconciliación a pesar de haber sido una de las víctimas que tuvo la fortuna de vivir para contarlo. Hace falta un gesto de grandeza y de arrepentimiento de los militares uruguayos -que no han demostrado todavía- pero que mucho ayudaría para cerrar heridas.

Ese gesto que tuvieron, por ejemplo, los militares argentinos con un Comandante en Jefe como Balsas que pidió perdón al pueblo argentino por los delitos cometidos durante la última dictadura que vivió el país hermano. Gesto que ni por asomo han intentado hacer los militares uruguayos ni desde el más bajo grado hasta el más encumbrado que ostenta cargos de responsabilidad como el Comandante en Jefe de las FFAA. Cargos desde los cuales lejos de reestablecer la reconciliación -en el menor de los casos- han hecho un silencio absoluto y negado la verdad en el conocimiento del destino final de nuestros detenidos desaparecidos. Por lo menos ese gesto, (que les fuera solicitado hasta en el amparo del secreto de confesión que ofreciera el recordado Perico Pérez Aguirre), es esperado por quienes aspiramos a una verdadera reconciliación. Sin embargo no hay atisbo alguno de que ello ocurra, por el contrario seguimos otorgando señales unilateralmente y perdónenme el atrevimiento, pero así no hay reconciliación posible.

Seguiremos esperando a militares que honren su uniforme, y destaquen por sobre el resto, con un gesto de grandeza que lleve paz a los muertos y verdad a los familiares que aún esperan por conocer el lugar donde se hallan los huesos de quienes pujan por dejar de ser desaparecidos.

¿Habrá un gesto de esos algún día?

el hombre se fue a dormir sin esperar el voto,
el perro esa noche aulló de tristeza...

sábado, 21 de mayo de 2011

Tema inmediato: Vidas robadas

Publicado en La ONDA digital

Una semana trágica para el país y muy especialmente para Montevideo, el departamento que se lleva el triste récord de accidentalidad y siniestralidad con holgura.

Un taxista fue asesinado de un tiro a quemarropa por unos pocos pesos que pudo recaudar en una noche de suplencia y de “laburo”. Pero no fue el único caso, otro asesinato a sangre fría se llevó la vida de un guardia de seguridad que también eligió trabajar.

Dos casos recientes que nos hablan de una devaluación en los valores de convivencia por cuanto la vida se menosprecia y se la pierde por objetos materiales que no llegarán nunca a equiparársele, pero que son apetecidos por quienes hacen del consumo su razón de existir. Un consumismo que se roba nuestras vidas, ya sea porque nos esclaviza con sus deudas; o porque nos la roba alguien que sin pedir permiso la toma para hacerse de algo que intentamos defender. Sea cual sea la razón la ecuación no es pareja, pareciera que la vida no vale nada.

La delincuencia no repara hoy en esos aspectos ni mucho menos; para ellos no hay valores o están absolutamente subvertidos. Es evidente que este tema se debe atender de inmediato. Y no es solo por el lado de la delincuencia sino también por el lado de la ciudadanía que cede a la tentación consumista dejando flancos indefensos.

No hay causas sin efecto ni viceversa. Saber cuál de ellas está primero no aporta mucho a la solución del problema, pero el saber que ambos aspectos son reales quizás nos ayude a comprender mejor el tema y procurar una solución. Existen “necesidades” insatisfechas que se contemplan delinquiendo; y están las mismas necesidades que se cubren trabajando. En la elección de la forma de satisfacerlas está el punto de quiebre. Lo triste es que hay generaciones que se criaron en una y otra simultáneamente. Y ello pasó sin darnos cuenta o por lo menos, sin prestarle la debida atención. Hipócritamente miramos para el costado pensando que nunca nos afectaría y sin embargo hoy pagamos el caro precio de esa convivencia y/o coexistencia.

Así ocurrió que un trabajador del taxi no aplicó una regla de seguridad que imponía la prohibición de uso del asiento delantero en horas de la noche. Seguramente porque pesó en él la necesidad de sumar otro viaje a una noche escasa de clientes, con la desgracia de que sería el último viaje de su vida.

Y también ocurrió que una empresa de seguridad, (como muchas), no ofreció los elementos de protección indispensables para la tarea a sus funcionarios, poniendo en riesgo la integridad de éstos a la vez que imprimió al servicio una debilidad que aprovecharon los delincuentes. Otra vez el afán consumista está presente, esta vez en la ambición comercial que no cedió fracción de ganancia alguna y dejó empleados indefensos.

Así y todo, Montevideo sigue siendo una ciudad hermosa y segura. De ese modo nos la describen los que vienen de otras realidades no tan lejanas a nosotros. Sin embargo los uruguayos nos comparamos con nosotros mismos y no aceptamos excusas. Todavía nos impactan fuertemente situaciones como las descritas con resultados de muerte; todavía guardamos signos de humanidad; todavía tenemos la sensibilidad suficiente como para rebelarnos y plantear alternativas que eviten estas tragedias.

La economía sigue su expansión, el comercio se intensifica, los espacios comerciales crecen y se multiplican; sin embargo existen sectores que no participan de esas mejoras pero las desean. Tanto como para pretenderlas a cualquier costo y de cualquier manera. Ese es el mayor problema a resolver, intentar que no sea a cualquier precio.

Una vida no vale cuatrocientos dólares (lo que cuesta un chaleco antibalas), es muy bajo precio para una alternativa como la eternidad.


el hombre miraba la vidriera,
el perro tiraba de la correa para que no se tentara


Nosotros y los miedos

Publicado en La ONDA digital

 “Un 2 de abril de 1982 se estrenaba en Argentina un ciclo de unitarios de la directora Diana Alvarez que supo tener entre sus principales figuras a actores de la talla de Rodolfo Ranni, Miguel Angel Solá, Olga Zubarry y Ana María Picchio, entre otros. El país vecino desafiaba la censura en los últimos tiempos de la dictadura militar...”

A más de 25 años de culminada nuestra triste historia dictatorial, hablar de miedos me resulta un disparate. Sin embargo hay quienes intentan distraer y entreverar el panorama actual metiendo el “cuco”. Justo en un país que demostró no hace mucho, que no es por la vía del miedo que podrán torcer su voluntad.

En tiempos de elecciones –de balotaje más precisamente- intentaron la misma maniobra diciendo que los tupamaros eran los dueños de un arsenal encontrado en plena ciudad de Montevideo, y tuvieron la osadía de hacer una campaña publicitaria exclusiva para el interior del país, lugar donde –a su juicio- residía una población a la que el “cuco” todavía le causaba mala impresión.

En estos días se pretende disfrazar la realidad agitando viejas tentaciones y los titulares de prensa se despachan día tras día develando el clima hostil que genera la probable (¿?) sanción de la Ley Interpretativa que pondría (¿?) fin a la Ley de Caducidad. Para colmo apareció el video! Una puesta en escena que se  parece a una emisión de Crónica TV, (reproducida hasta el hartazgo por los programas de repetición de bizarradas argentinos, que pululan también en nuestra televisión abierta).

Si algo me queda claro es que no tengo miedo a los militares ni a como puedan sentirse afectados por la anulación de la Ley de Caducidad. Mi miedo es otro diametralmente opuesto a ese. Tengo miedo de poner en juego la esencia misma de nuestra democracia (que no deja de ser la misma del resto del mundo libre).

Aborrezco hoy como ayer la triste solución alcanzada por nuestra sociedad para hacer justicia (¿?) a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura. A tal punto que me siento orgulloso de haber integrado el río verde que pujó para plebiscitar esa ley que hoy nos tiene en vilo a los uruguayos. Nos tocó perder aquella primera vez y también perdimos otra vez en el 2009. Perdimos frente al soberano, que no es poca cosa, sino la esencia de esta democracia que hemos consolidado felizmente.

Dejar que nuestros legisladores –legitimados en sus cargos por el mismo soberano-  resuelvan el diferendo no me parece la solución adecuada. No porque no puedan hacerlo, reitero: están legitimados por la ciudadanía que los votó; pero cuando la misma ciudadanía ejerce el derecho soberano de expresarse, imprime al tema en el que se expidió, una especie de velo exclusivo e inalterable que no podemos soslayar. ¿Les suena aquello de “mi voluntad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”? Pero, repito, es una opinión más filosófica que jurídica.

No lo admito, (pero puedo equivocarme), que haya sido por miedo que los uruguayos convalidamos la ley de caducidad en 1989. Recién salíamos de la dictadura y la actitud de Medina encofrando citaciones judiciales era una bravuconada que todavía se animaban a hacer. Hoy es impensable –salvo estas payasadas audiovisuales- que son una provocación a la risa más que un peligro latente.

En definitiva el miedo que me invade es desconocer al soberano, por la razón de ser quien es. Poner en duda dos pronunciamientos de la ciudadanía es un error que no podemos permitir, pues hacerlo pondría en duda también la legitimidad que inviste a un uruguayo cada cinco años como Presidente de la República. ¿Quién garantiza que no surja quien cuestione la legitimidad de una elección nacional si permitimos hoy que se concrete la votación de esta ley interpretativa? Si vale para desatender dos pronunciamientos populares, ¿por qué no puede valer para anular una elección nacional? ¿Alguno se hizo esa pregunta?

Por otra parte tengo el presentimiento –casi la certeza- que si hoy ponemos esta ley a votación plebiscitaria, nuevamente el soberano la mantiene firme. No porque sean una abrumadora mayoría sino porque la mitad más uno les alcanza y la gurisada joven no tiene ni idea de lo que pasó hace 40 años.

No hay argumento para contrarrestar el dolor de los familiares de detenidos desaparecidos, y me sumo a quienes piensan que tampoco hubo ni un dejo de arrepentimiento de los militares. Ninguno pidió perdón por las atrocidades realizadas contra uruguayos como ellos que por el simple hecho de pensar distinto, fueron asesinados. Tampoco tuvieron la sensibilidad de decirnos donde están sus restos para poder cerrar ese espacio abierto en la memoria que sigue siendo ocupado por un signo de interrogación. No tuvieron, siquiera, dignidad para ello.

Hoy estamos en una encrucijada en la que nos metimos solos, casi sin quererlo. Buscando el mejor resultado, pero sin darnos cuenta que cualquier resultado sería incompleto. No es por miedo que se busca otro camino. Más bien es por respeto a nuestra más cara esencia institucional, y a la defensa de un mecanismo de democracia directa como el plebiscito. Si matamos esta (doble) decisión soberana, tengo miedo de matar un pedazo enorme de democracia.

 Y a esta altura, tengo miedo de seguir escribiendo.

el hombre miraba el horizonte,
el perro también.
Los dos buscaban una respuesta ...  

sábado, 7 de mayo de 2011

Los coloquios de Don Alfredo

Publicado en La ONDA digital

“Montevideo se transformó en Río de Janeiro,
los asentamientos se volvieron favelas. La Chacarita pasó a ser Rocinha; Malvín Norte se convirtió en Cidade de Deus y La Cruz de Carrasco se transmutó en Manguinhos...”
Alfredo García – Semanario VOCES


En el último número del Semanario Voces, el director del mismo se despacha con una nota breve y dura sobre los operativos que el Ministerio del Interior ha venido (y seguirá) instrumentando en los diferentes barrios de Montevideo. Cuántos errores  hubiera evitado el periodista en su crónica si tan solo hubiera consultado a las autoridades para conocer los objetivos de tales operativos.

Pero claro, lo que vende para una izquierda inocente (cada vez menos inocente por suerte), es tildar a esta administración como represora sin medir que la realidad impone hoy determinadas acciones para frenar lo que no queremos que crezca pero que está germinando. El apresuramiento en juzgar estos operativos, o la calificación equivocada de razzias que se hace de los mismos, es un mayúsculo error al que no queremos atribuir otras intenciones.

El Ministro Bonomi está años luz de ser un defensor de la “mano dura” como cita el coloquial periodista, y mucho menos pretende satisfacer a “lo más reaccionario de nuestra sociedad”, como también refiere en la nota. Parece ser que cuesta demasiado reconocer una realidad que rompe los ojos, y se pretende –al mismo tiempo- que la seguridad mejore por gracia divina.

Hace ya casi un año que Bonomi advierte sobre procesos de feudalización que no por incipientes, se va a permitir que se consoliden. El momento de actuar es ahora. Una actuación que no es improvisada, sino que responde a lo que se viene trabajando en materia de seguridad. Trabajos que se corresponden con un presupuesto que empieza a ejecutarse y que se manifiesta en acciones de este tipo también. 

Los operativos policiales tienen un caudal de horas de planificación, investigación y coordinación que seguramente haya que mejorar pero que no se puede desconocer que dan sus frutos. No obstante, se los tilda de ineficaces por la lectura lineal que se hace de la cantidad de procesamientos que resultan tras los mismos. Esa cortedad de visión es por lo menos sugestiva.

Hay un efecto disuasivo que es notorio y que comienza a arrojar resultados tangibles en las zonas donde los operativos se efectuaron. La impunidad con que gozaban quienes se refugiaban en dichos barrios tras cometer ilícitos, ya no es tal, y los vecinos –esos que aprueban las medidas, “verdaderos guapos” a los que debemos cuidar y multiplicar para que sean los espejos de la nueva camada de uruguayos- comienzan a adueñarse de los espacios que habían perdido a manos de la delincuencia.

Los operativos no tienen solamente a los barrios marginales como único objetivo, pero la Policía trabaja en serio y por ello para dar inicio a operaciones de este tipo debe basarse en datos geo-referenciales que delatan las zonas de mayor índice delictivo. Lo cual no obsta a que se realicen operaciones en otros barrios, llegado el momento.

La espectacularidad que le atribuyen a las acciones realizadas responde a una razón operativa que excede cualquier puesta en escena, y en cambio marca una profesionalidad que muchos le criticaban, (por ausente), a nuestra Policía Nacional. No parece justo que en momentos en que esa cualidad comienza a mostrarse, se la critique como si se pretendiera volver a tiempos de acciones improvisadas y seudo profesionales.

Otro tema que se critica es la presencia de los medios de prensa dando cobertura. Ahora bien, ¿no se entiende eso como una presencia necesaria que aporte garantías a la ciudadanía? ¿Que dirían si se impidiera su presencia o se hicieran en secreto? Los medios nos garantizan a todos, (policías y vecinos), que los operativos tienen exposición pública, que las acciones se documentan  en defensa de los derechos de todos los ciudadanos que se vean involucrados en ellos. Es un control para posibles excesos en que pueda incurrir la Policía y es una ventana para que, quienes se vean afectados, puedan denunciar en tiempo real cualquier exceso. Y también para dar su apoyo, (como ha ocurrido en todos los operativos realizados). Entonces si ello es así, comentarios de este tipo es como el dicho de “palos porque bogas y palos porque no bogas”.

El periodista termina su artículo, (muy breve por cierto ya que el mismo está salpicado con citas de su libro PEPE coloquios), haciendo una referencia a una “onda brasilera que agarró el Ministerio del Interior... que para mostrar eficacia... dejan de lado, algunos valores fundamentales”.

Puede estar tranquilo que seguimos siendo de izquierda y no vamos a abandonar ningún valor.

Vaya dicho en fraternal coloquio...

el hombre se bajó tranquilo del ómnibus,
esta vez era el perro el que lo estaba esperando...